Luego que su novia le dejara un perrito de la calle para que no pasara la noche en el frío, un joven que labora en conocida veterinaria de esta ciudad aceptó la propuesta de su enamorada y se durmió tranquilo, pero despertó con dos garrapatas dentro del oído derecho.Para sacárselas utilizó agua con sal que se aplicó en repetidas ocasiones hasta que logró extraer a los dos parásitos. La otra garrapata la tenía prendida a su antebrazo derecho, también succionándole la sangre de su cuerpo para alimentarse.NO LO ATENDIERON EN EL SEGURO SOCIALEste hecho le ocurrió al entusiasta joven Hugo Alonso Flores, con domicilio en colonia Centro, el domingo por la noche.Al amanecer del lunes se dio cuenta de lo que le estaba sucediendo y del grave problema de salud en que se encontraba.Al darse cuenta que tenía los tres animales succionándole la sangre, dos de ellos dentro del oído derecho y una garrapata más alimentándose de su antebrazo derecho, tomó la decisión de ir al Hospital del Seguro Social para que le quitaran estos peligrosos animales transmisores de la rickettsia y que ya han causado varias muertes en esta frontera.Sin embargo, el lunes pasado estaba saturado de pacientes el nosocomio del IMSS y no fue atendido, optando por el remedio casero de utilizar agua con sal que vertió en su oído derecho hasta que logró extraerlos. La tercera garrapata que tenía prendida en su antebrazo derecho la desprendió con facilidad.Comentó en entrevista para El Diario de Sonora que el lunes no pudo asistir a laborar a la veterinaria donde trabaja, debido a lo mal que se sentía y que hasta el momento no ha recibido atención médica. Fue hasta el martes cuando se pudo presentar a trabajar.Del perrito que tenía albergado en su departamento y que le llevó su novia, el joven Hugo Alonso Flores ya no informó nada al respecto, debido a que se ocupó en la atención de varios caninos que llegaron en mal estado de salud a su fuente laboral.