NUEVA YORK
El argentino destaca en el ataque de los Knicks de Nueva York.
Restaba poco más de un minuto cuando en el Madison Square Garden se empezó a escuchar rítmicamente el coro: “¡Paa-blo!, ¡Paa-blo!, ¡Paa-blo!”.
Ese es el nombre de Pablo Prigioni, el armador argentino de los Knicks de Nueva York que dentro de dos semanas cumplirá 36 años.
Su actuación en la noche del martes, con 10 puntos y cuatro asistencias, fue tal vez la más trascendental dentro de su primera temporada en la NBA.
Al iniciar el último cuarto, Prigioni encestó un triple y en la siguiente posesión añadió otra canasta dentro de la pintura. Nueva York se despegaba por 11 puntos rumbo a una victoria 105-79 sobre los Pacers de Indiana que empató a un triunfo por bando la semifinal de la Conferencia del Este.
Ahí fue cuando el Garden entonó por primera vez el “¡Pabl-lo!, ¡Pab-lo!”.
“Fue algo muy lindo”, dijo Prigioni sobre la ovación en la mítica arena de básquetbol. “Me honra y me pone contento, pero estoy más contento porque el equipo jugó bien y ganó”.
Prigioni se incorporó esta campaña con los Knicks tras una brillante trayectoria en España, y se convirtió en el debutante de mayor edad de los últimos 40 años en la NBA.
Su adición se sumó a la de otros veteranos, como Jason Kidd, Rasheed Wallace y Marcus Camby.