A menos de una cuadra del T-Mobile Park, la imagen del dominicano Julio Rodríguez engalana la pared lateral de una bodega. El mural es un reconocimiento a la joven estrella del equipo de la Ciudad Esmeralda —y un jugador que los Marineros de Seattle esperan que se quede en el jardín central al menos la próxima década.
A sus 22 años, ya es la cara de la franquicia, y su número 44 inunda las camisetas en las gradas en cada partido, en casa y de visita. Carga con las expectativas de ser el siguiente pelotero generacional en la sagrada posición de jardinero central en Seattle.La semana del Juego de Estrellas en Seattle debía ser la fiesta de Rodríguez, con el escenario del All-Star para que lo viera el mundo.
Pero su temporada y la de los Marineros no ha sido lo que esperaban después de que Rodríguez fue nombrado Novato del Año de la Liga Americana y que Seattle puso fin a una sequía de 21 años sin postemporada.“Es una curva de aprendizaje”, aseguró el Salón de la Fama Ken Griffey Jr., el último jugador generacional en el jardín central de Seattle.
“Pero va a estar bien”.Esta temporada ha sido esa curva de aprendizaje, no es un bajón en su segundo año, no es una decepción. La temporada de Rodríguez ha estado a la par del equipo —promedio. Los Marineros tienen foja de 45-44 en el descanso.
¿Merece estar en el Juego de Estrellas? Con promedio de bateo de .249, 13 jonrones y 40 remolcadas no son estadísticas que destaquen. Incluso sus seguidores en Seattle reconocen que la temporada de Rodríguez no está ni cerca de lo que hizo el año pasado y ni siquiera fue considerado entre los 10 mejores jardineros para el Juego de Estrellas.Pero para un deporte que necesita de personalidades en el máximo escenario, tener a Rodríguez —con su juventud y radiante sonrisa— en casa esta semana es un triunfo para la liga.Además de los eventos del Juego de Estrellas, Rodríguez será embajador de las festividades de esta semana junto a Griffey, el venezolano Félix Hernández y Edgar Martínez.
El Diario de Sonora
