La liga ha tenido que adaptarse a un mundo donde la legalización de las apuestas ha abierto un nuevo panorama, pero también ha generado nuevas preocupaciones.
El caso de Jontay Porter, ex jugador de los Raptors de Toronto, es un claro ejemplo de las consecuencias que pueden derivar de una falta de conocimiento sobre las reglas de la NBA en materia de apuestas. Porter fue suspendido de por vida en abril por apostar en partidos, incluso pronosticando una derrota de su propio equipo. Además, se le acusó de revelar información confidencial a los apostadores.
La NBA, consciente de que este tipo de incidentes no deben repetirse, ha implementado una serie de medidas para concientizar a sus jugadores sobre los riesgos de las apuestas deportivas.
* Capacitación para novatos: Los jugadores que ingresan a la liga por primera vez reciben una sesión obligatoria sobre las apuestas deportivas como parte de su entrenamiento general. Se les explica, de manera sencilla, cuáles son las reglas y las consecuencias de infringirlas.
* Capacitación anual para todos: Todos los jugadores de la NBA deben participar en una sesión anual antiapuestas, realizada por la liga o por su equipo. La inasistencia, sin una justificación válida, tiene una multa de $100,000 dólares. El personal de la liga y de los equipos recibe una capacitación similar.
"Mantener la integridad de nuestro deporte es primordial", enfatiza la liga en un comunicado. "Contamos con un programa multifacético de cumplimiento y seguimiento".
La NBA, al igual que otras ligas profesionales, busca encontrar un equilibrio entre el atractivo de las apuestas deportivas y la necesidad de proteger la integridad del deporte. El caso de Porter sirve como un recordatorio de que la educación y la prevención son claves para evitar que se repitan este tipo de situaciones.