"Sentí que conducía un bote", bromeó Verstappen sobre las condiciones climáticas, un reflejo de la dificultad de la carrera. Sin embargo, el neerlandés se mostró satisfecho con la victoria, que considera "increíblemente vital" para su objetivo de conseguir un cuarto título consecutivo.
Las penalizaciones antes de la carrera fueron otro desafío para Verstappen. Su penalización de cinco posiciones por el cambio de motor lo obligó a iniciar la carrera desde atrás, mientras que una sanción en la carrera sprint del sábado lo dejó con menos puntos.
"Las emociones que he vivido hoy fueron como una montaña rusa", dijo Verstappen tras la carrera. "Nos cuidamos de no meternos en problemas, tomamos las decisiones correctas y estuvimos volando."
La victoria en Brasil le permitió ampliar su ventaja en la clasificación de pilotos sobre Lando Norris, quien, a pesar de largar en la pole, terminó sexto.
Mientras Verstappen celebraba su octavo triunfo de la temporada, Sergio Pérez, su compañero de equipo en Red Bull, tuvo un fin de semana desafortunado. Tras un trompo en la primera curva, Pérez finalizó 11mo sin sumar puntos.
"Empezamos la carrera con los neumáticos muy fríos y como no había nadie delante de mí, arranqué y me metí en un agujero de agua", explicó Pérez. "La salida fue un desastre total."
El equipo Williams también enfrentó una jornada complicada. Franco Colapinto tuvo un accidente en la clasificación, mientras que Alex Albon sufrió un fuerte golpe en la Q3. Colapinto, a pesar de poder volver a la pista, sufrió otro accidente en la carrera.
"El equipo hizo un gran trabajo para poner el auto otra vez en la pista y fue un día muy difícil para nosotros", comentó Colapinto. "Podemos recuperarnos. Quedan tres carreras por delante y podemos volver más fuertes."
El Gran Premio de Brasil dejó claro que la lucha por el campeonato continúa, con Verstappen consolidándose como el principal favorito a la corona.