Jack Bech: De la tragedia al Combine NFL, una historia de superación

Su nombre es Jack Bech, un receptor proveniente de la LSU y TCU. Pero su historia comienza mucho antes de los campos universitarios, en las calles de Lafayette, Luisiana, donde creció a la sombra de su hermano mayor, Tiger Bech, un jugador de Princeton.
El camino de Jack estuvo marcado desde temprana edad por la férrea competencia con los amigos de Tiger, mayores y más experimentados. “Tener un hermano mayor, tener a sus amigos alrededor, hizo que siempre quisiera estar con ellos aunque yo era mucho más joven,” recuerda Bech. Esta temprana presión lo forjó, convirtiéndolo en el jugador resiliente que es hoy.
Su mejor temporada – 62 recepciones, 1.034 yardas y nueve touchdowns – culminó con una lesión de rodilla que lo marginó del tazón TCU contra la Universidad de Luisiana. El golpe fue duro, pero nada comparado con lo que estaba por venir.
A principios de 2025, una tragedia sacudió la vida de Jack. Su hermano Tiger, de 27 años, fue una de las víctimas del atentado de Año Nuevo en Nueva Orleáns. La noticia destrozó al joven receptor, quien tuvo que navegar entre el dolor y la preparación para el Senior Bowl.
En ese partido, un homenaje conmovedor a Tiger: Jack vistió el número 7, el mismo que su hermano usó en Princeton. “Lo llamo un guiño de Tiger,” dice Bech sobre su actuación, donde atrapó un pase de touchdown para la victoria. El MVP del partido, un logro teñido de profundo significado personal.
El Combine de la NFL en Indianápolis marca una nueva etapa. Sin el número 7, ahora con el WO 04, Bech compite. Ironía del destino: cinco jugadores que compartieron la fatídica noche de Nueva Orleáns también están presentes. El jugador demuestra su talento con un salto vertical en el puesto 14 y un salto de longitud en el 7mo lugar, entre los receptores.
Para Jack, el Combine no es solo una prueba de habilidad; es un testimonio de su perseverancia, su resiliencia, y el legado imborrable de su hermano. Es una historia de dolor y esperanza, donde la superación personal se entrelaza con el inquebrantable recuerdo de un hermano.