Piratas vencen a Cardenales en juego de 13 entradas

Un encuentro que prometía ser histórico se desarrollaba ante nuestros ojos, una batalla entre gigantes del diamante.
En el corazón de este emocionante encuentro estaban los Piratas de Pittsburgh y los Cardenales de San Luis. El duelo, que se extendió hasta la entrada 13, estuvo marcado por actuaciones estelares en la lomita y momentos de tensión extrema en la caja de bateo. Erick Fedde, por los Piratas, protagonizó una actuación memorable, llevando un juego sin hits hasta la sexta entrada. Su desempeño, con "88 lanzamientos, 51 de ellos strikes", fue un espectáculo de precisión y control, a pesar de solo conseguir dos ponches y otorgar cuatro boletos.
Del otro lado del terreno, los Cardenales respondieron con una estrategia defensiva sólida, manteniendo el juego sin hits hasta la séptima entrada, gracias a la labor de Phil Maton. Sin embargo, la magia del béisbol es impredecible. Endy Rodríguez, con un sencillo de dos outs, rompió la sequía de hits para los Piratas, inyectando esperanza en su equipo.
Pero la historia aún no había terminado. En la entrada 13, con las bases llenas y la tensión al máximo, Joey Bart conectó el batazo decisivo: un sencillo impulsor que impulsó la carrera de la victoria. "Un batazo profundo al jardín izquierdo que rebotó en las gradas", según los relatos de los cronistas. La anotación del corredor automático, Isiah Kiner-Falefa, selló la victoria de los Piratas, 2-1, sobre los Cardenales.
Las estadísticas individuales también reflejaron la intensidad del partido: Willson Contreras (Cardenales) conectó de 6-1 con una anotada, mientras que Pedro Pagés (Cardenales) tuvo un hit en cinco turnos al bate. Por el lado de los Piratas, Alexander Canario se fue de 1-0 con una anotada y Endy Rodríguez conectó un hit en cinco turnos.
Un partido que quedará grabado en la memoria de los aficionados, lleno de momentos inolvidables, jugadas memorables y una victoria dramática que se definió en las últimas entradas. Una verdadera muestra del espíritu competitivo y la imprevisibilidad del béisbol.