Con una precisión casi impecable, el quarterback Josh Allen completó 23 de 26 lanzamientos, acumulando 273 yardas pasadas y estableciendo el récord de la franquicia en porcentaje de pases completados con más de 15 intentos.
El juego se abrió con un pase de 23 yardas que colocó a Dalton Kincaid en posición de anotar, y Allen continuó marcando la pauta con varios lanzamientos profundos que mantuvieron a la defensa de Kansas City en alerta. A su vez, la defensa de los Bills, que había sufrido fluctuaciones a lo largo de la temporada, mostró una agresividad renovada, logrando tres interceptaciones y manteniendo a Patrick Mahomes a la defensiva por la mayor parte del partido.
Para Mahomes, el día fue un recordatorio de la fragilidad en los momentos de presión. Con 15 de 24 pases completados y un índice de pasador de 57,2, el dos veces MVP no logró superar el 50 % de sus intentos, una anomalía en su trayectoria de nueve años en la liga.
En el suelo, James Cook tuvo un desempeño sólido, con 114 yardas por tierra, reafirmando su papel como pieza clave en la ofensiva de los Bills. Este logro lo convierte en el primer corredor en superar las 100 yardas contra Kansas City desde que Lamar Jackson alcanzó 122 yardas en su primer juego de la temporada.
Aunque la victoria refuerza la credibilidad de los Bills ante sus críticos, las sombras de la temporada no desaparecen. La línea defensiva sigue enfrentándose a un déficit de jugadores debido a lesiones, con la salida de Michael Hoecht y la lesión de Ed Oliver. Además, DaQuan Jones se ha visto limitado por una lesión en la pantorrilla, lo que complica aún más la consolidación de una defensa coherente.
En el contexto de la temporada, la remontada de los Bills tras haber perdido cuatro encuentros en playoffs contra Kansas City desde 2020 añade un matiz de tensión. Mientras el equipo celebra su quinta victoria consecutiva contra los Chiefs desde 2021, la pregunta persiste sobre cuánto tiempo puede sostener esta forma en la búsqueda de un título.
