Londres, ing
A sus 50 años, Johnny Depp asegura que la edad no le ha vuelto “cínico” ni ha mermado su “entusiasmo” por el cine aunque sospecha que tras décadas en la industria ya debería marcharse, según dijo en una entrevista en Londres.
Relajado, cercano y atento, el camaleónico actor estadounidense acaba de cumplir en la capital británica con una frenética agenda promocional con motivo de su último filme, la producción de Disney “The Lone Ranger” del director Gore Verbinski, que el 3 de junio se estrenó en Estados Unidos.
Depp habló con pasión de su personaje Tonto (“Toro”, en español, el nativo que acompaña incansablemente al Llanero Solitario) y que en este caso cobra relieve como narrador; y aludió, también, a su dilatada trayectoria en Hollywood.
“La verdad es que cumplir 50 años (el 9 de junio) no me ha afectado en absoluto. Realmente, no ha supuesto nada diferente en mi vida, ha sido igual que cumplir 40 o 30. La edad no me ha hecho más cínico”, aseguró la estrella, que conserva su magnético aire juvenil y lleva las uñas de las manos pintadas de colores estridentes.
Pese a su duradero y exitoso idilio con el mundo del celuloide, el protagonista de incontables personajes icónicos como “Edward Scissorhands” (1990) o el pirata “Jack Sparrow”, de la taquillera saga “Pirates of the Caribbean”, reniega con vehemencia de la parafernalia que arrastra el ser uno de los actores más reclamados del globo.
Afirmó que le sigue “entusiasmando todo lo que rodea al proceso creativo de hacer una película, lo que implica el esfuerzo de colaboración que trae consigo”.
“Lo que ya no me encanta es lo que acarrea después; los añadidos con los que tienes que lidiar una vez que la película está terminada, toda esa parafernalia y las cosas extrañas que los filmes conllevan y a lo que no te puedes acostumbrar”, reconoció.
Con una leve carcajada, se permite, incluso, hacer una reflexión, tal vez en broma, sobre su carrera.
“Las lecciones que he aprendido al estar tanto tiempo en esta industria son que, probablemente, ya me debería largar”, dijo.
Afirmó que tuvo “buenas intenciones” al encarnar al nativo “Toro” en esta versión de “The Lone Ranger”, que incorpora ingredientes clásicos del personaje, un icono de la cultura americana, como el mítico antifaz negro, el sombrero blanco y el inteligente caballo “Silver” (Plata), además de la música de la ópera de Guillermo Tell, de Rossini.
Depp se confesó “fan desde que era crío” de la historia y encontró “atractivo” poder repetir bajo las órdenes de Verbinski, con quien rodó “Pirates of the Caribbean” o “Rango”, así como trabajar con el productor Jerry Bruckheimer.
Pero sobre todo, está convencido de que con su “visión particular” de “Toro” cree que ha podido “enviar un mensaje” y “contribuir a dignificar la figura del indio americano”.
“Siempre se han representado como salvajes y tienen una historia maravillosa. Yo he querido dignificar su fascinante cultura”, dijo.
Pese a efectos especiales espectaculares y a conjugar humor, drama y acción en una historia que comenzó como programa de radio en Estados Unidos, hasta la fecha las críticas del filme en ese país han sido decepcionantes.