El rapero permanece en prisión preventiva en el Centro de Detención Metropolitano de Brooklyn, un lugar que su equipo legal consideraba peligroso por sus altos índices de conflictos entre los reclusos.
Tras la negación de la libertad bajo fianza, los abogados de Diddy solicitaron un monitoreo por su estado mental, ya que se reportaba que estaba en estado de shock.
A pesar de la incertidumbre legal que enfrenta, un miembro de su equipo aseguró a la revista People que Diddy se encuentra fuerte y concentrado en su defensa.
Diddy se ha declarado inocente de todos los cargos y ha recibido visitas de familiares.
La acusación formal del fiscal del distrito sur de Nueva York, Damian William, revela que Combs habría utilizado sus recursos, influencias y empleados para abusar de sus víctimas. El documento señala la existencia de una "empresa criminal cuyos miembros y asociados participaron o intentaron participar, entre otros delitos, en tráfico sexual, trabajos forzados, secuestro, incendio provocado, soborno y obstrucción de la justicia".
Las autoridades federales de Estados Unidos realizaron redadas en las propiedades del artista en Los Ángeles y Miami como parte de la investigación por tráfico sexual.