En medio de este torbellino sonoro, Kane Brown y Jelly Roll nos presentan una colaboración inesperada, un himno veraniego que llega en pleno invierno, con una letra que explora el lado oscuro de la fama. “Dicen que soy una superestrella / Pero aún siento esto en mis huesos,” canta Brown, confesando que el éxito lo ha llevado al límite: “Quise muchas veces saltar al vacío / Creyendo que estaría mejor muerto.” Jelly Roll, por su parte, comparte una perspectiva similar con una honestidad cruda: “Creo que era más feliz cuando no podía pagar las cuentas.”
Pero la sorpresa no termina ahí. La canción, que evoluciona desde un ritmo de banjo hasta un potente rock con solos de guitarra desgarradores, es una montaña rusa de emociones. La intensidad musical refleja la complejidad de las letras, creando una experiencia auditiva única e inolvidable.
Bruno Mars, quien regresa al foco mediático con este tema, abandona las baladas románticas para adentrarse en un territorio más explícito. El ritmo, una mezcla de hyphy, electro-funk y el estilo "chipmunk soul" de Kanye West, establece el tono para una letra que rompe barreras. Sexyy Red aporta una poderosa y explícita lírica que deja a "WAP" pareciendo una canción infantil en comparación.
El video musical, no menos impactante, incluye apariciones estelares de Lady Gaga y Rosé, colaboradoras recientes de Mars en temas más convencionales, quienes parecen querer participar de esta osada exploración sonora. El final de la canción se transforma en un coro liderado por Sexyy Red, con todos los artistas transformados en una celebración desenfrenada.
La producción, la letra, las colaboraciones y la puesta en escena convierten esta canción en un evento. Más allá de ser una simple canción, es una experiencia sensorial completa, un reflejo de la complejidad de la vida moderna y el precio de la fama.