Adrien Brody: El chicle que marcó los Oscar 2024

Un instante que, a pesar de su brevedad, habla volúmenes sobre la espontaneidad y la presión inherente a esos minutos de gloria.
Hablamos, por supuesto, de Adrien Brody. Veintidos años después de su histórica victoria por El Pianista, donde a sus 29 años se convirtió en el actor más joven en ganar el Oscar a Mejor Actor, el destino le tenía preparada otra noche inolvidable. Esta vez, la estatuilla dorada llegó por su interpretación en El Brutalista, dirigida por Brady Corbet. Interpretar a László Toth, un arquitecto judío que escapa del Holocausto, significó un reto actoral mayúsculo.
La emoción fue palpable. Cuando Cillian Murphy, ganador del año pasado, anunció su nombre, la sorpresa se tradujo en un torbellino de abrazos con su pareja, Georgina Chapman, y el equipo de producción. El ascenso por la escalinata hacia el escenario, sin embargo, depararía un giro inesperado. En medio de la euforia, un pequeño detalle amenazaba con eclipsar el momento: un chicle.
Con una naturalidad asombrosa, Brody, consciente de la inminencia de su discurso, resolvió el imprevisto con un gesto que ya forma parte de la historia de los Oscar: un rápido movimiento de muñeca, y el chicle salió volando, aterrizando graciosamente cerca de su novia. Un instante de espontaneidad, reflejo de la tensión y la alegría contenidas en esos momentos cruciales. Un recuerdo que seguramente perdurará, no solo en la memoria de los presentes, sino también en la anécdota que acompaña a una segunda victoria tan memorable como la primera.
Este acontecimiento, más allá de lo anecdótico, subraya la humanidad de las estrellas, recordándonos que detrás de la imagen impoluta, existen personas con reacciones genuinas y espontáneas. Un detalle que, a la postre, convierte la historia en algo aún más memorable.