R. Kelly hospitalizado tras posible sobredosis

Hablamos de R. Kelly, el cantante condenado a 50 años de prisión por delitos sexuales. El pasado viernes 13 de junio, sufrió una emergencia médica en la prisión de Butner, Carolina del Norte. Según sus abogados, fue hospitalizado de urgencia en el hospital Duke, a unos 30 kilómetros de la cárcel, tras sufrir una presunta sobredosis.
La versión de la defensa es contundente: aseguran que “empezó a ver puntos negros, intentó levantarse, pero cayó al suelo. Llegó gateando hasta la puerta de la celda y perdió el conocimiento”. Acusan a los funcionarios de prisión de administrarle una "cantidad excesiva" de medicación el jueves 12 de junio, afirmando que esto fue un acto intencional, un complot para perjudicarlo. Señalan que la falta de atención médica inmediata en la prisión contribuyó a la gravedad de la situación.
Sin embargo, la fiscalía federal rechaza tajantemente estas acusaciones, calificándolas de "fantasiosas" y "repugnantes". El Departamento de Prisiones se ha mantenido en silencio, alegando que se trata de una "litigación pendiente". El fiscal federal adjunto, Jason Julien, ha criticado la falta de quejas formales por parte de Kelly ante las autoridades penitenciarias o el tribunal federal.
La situación se complica aún más con la revelación de que Kelly fue dado de alta del hospital contra su voluntad, a pesar de necesitar una cirugía para tratar coágulos sanguíneos. Sus abogados denuncian que “en menos de una hora, unos agentes armados entraron en la habitación del hospital y se lo llevaron” de regreso a régimen de aislamiento. Acusan a la prisión de negarle la atención médica necesaria, poniendo en riesgo su vida.
El conflicto legal se extiende más allá de la supuesta sobredosis. Ante la falta de confianza en el sistema judicial, los abogados de R. Kelly presentaron una petición de clemencia a Donald Trump, solicitando que el cantante pueda cumplir su condena en arresto domiciliario. Argumentan que su vida está en peligro dentro de la prisión y que teme por su seguridad. Esta petición, aún sin respuesta, añade otra capa de complejidad a un caso ya intrincado.
Cabe recordar que R. Kelly acumula dos condenas, una de 20 y otra de 30 años, por delitos sexuales contra menores. Los fiscales lo han descrito como un “depredador sexual en serie sin remordimientos y un grave peligro para la sociedad”. La fiscalía federal argumenta que un posible arresto domiciliario sentaría un precedente peligroso.
La situación de R. Kelly permanece en un punto crítico, con acusaciones cruzadas y un futuro incierto tanto para su salud como para su situación legal. La información disponible nos muestra un panorama complejo, con versiones encontradas y una gran cantidad de interrogantes por resolver.