Fue durante un trámite rutinario de desalojo en un edificio de Karachi cuando las autoridades encontraron lo impensable. Humaira Asghar Ali, actriz de 32 años conocida por su participación en Tamasha Ghar (la versión paquistaní de Gran Hermano), llevaba entre ocho y diez meses muerta en su departamento. El avanzado estado de descomposición del cuerpo dejó perplejos incluso a los forenses.
"Los tejidos blandos prácticamente habían desaparecido. Los dedos eran apenas estructura ósea y al manipularlos, los huesos se desintegraban", describió uno de los médicos encargados de la autopsia a medios locales. La policía no halló:
- Huellas de forcejeo o violencia
- Indicios de intoxicación inmediata
- Señales de que alguien más hubiera estado en el lugar
Lo más desgarrador vino después:
su hermano Naveed Asghar se negó inicialmente a reconocer el cuerpo por su deterioro, aunque días después lo trasladaría a Lahore para darle sepultura. Las redes estallaron en especulaciones:
- ¿Cómo una figura pública pasa meses sin que colegas o familiares la busquen?
- ¿Qué presión social lleva a alguien al aislamiento absoluto?
- ¿Fallaron los sistemas de contención en la industria del espectáculo?
Humaira no era una actriz cualquiera. Antes de su enigmática desaparición, había construido una carrera sólida:
- Protagonizó series como Benaam y Sirat-e-Mustaqeem
- Modeló para marcas de prestigio en Islamabad
- Participó en el filme Jalaibee (2015)
El caso reabrió heridas en una industria donde la fama suele ser tan efímera como brutal. Mientras esperan resultados toxicológicos, sus seguidores inundan redes con clips de sus apariciones, preguntándose qué demonios ocurre tras bambalinas cuando las cámaras se apagan.
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