En los últimos años, la trayectoria de Itzel ha sido marcada por acusaciones que van desde supuestos actos de infidelidad dentro del grupo hasta quejas sobre su comportamiento con músicos casados, según relató una persona que la conoció durante su paso por la agrupación. La figura de la ex vocalista se ha visto envuelta en discusiones sobre su ética profesional y su manejo de las relaciones laborales, sugiriendo que ha mantenido vínculos con miembros del grupo que, según la fuente, se encontraban en casamientos sólidos.
En cuanto a su vida personal, el matrimonio con Adrián Di Monte, que culminó en 2025, ha sido objeto de controversias que se extienden más allá del divorcio oficial. Se dice que el proceso se vio empañado por alegaciones de violencia psicológica y verbal, y que la ex esposa de Itzel ha acusado a su pareja de acoso persistentemente durante la fase del matrimonio. Por su parte, Di Monte ha negado las acusaciones y ha señalado que las denuncias se basan en una percepción distorsionada de la realidad.
La narración de ambos lados de la historia ha generado un debate sobre la responsabilidad de las figuras públicas en el manejo de sus relaciones personales y profesionales. Los expertos en derecho civil y penal han señalado que las declaraciones públicas que incitan al odio pueden dar lugar a sanciones, incluyendo penas de prisión y reparaciones civiles significativas, especialmente cuando se trata de acusaciones que afectan la reputación de terceros.
En el ámbito de la salud mental, Itzel ha declarado públicamente que necesita atención psicológica, afirmando que ha sufrido problemas mentales que se manifestaron durante su etapa en el grupo y que se intensificaron tras la ruptura con Di Monte. Las fuentes indican que la actriz ha buscado ayuda profesional y que su proceso de recuperación es continuo.
Al mismo tiempo, la ex integrante de La Sonora Dinamita ha sido acusada de usar la ley VAWA, un mecanismo de protección para víctimas de abuso doméstico, en un intento de obtener beneficios migratorios, lo cual, según la información disponible, no dio resultado. Este episodio añade una capa más a la compleja historia de la actriz.
La combinación de estas disputas públicas y privadas ha llevado a que la figura de Sandra Itzel sea objeto de análisis constante en la prensa especializada. La realidad detrás de las declaraciones y las acusaciones parece ser multifacética, con implicaciones que van desde la gestión de la imagen pública hasta la evaluación de su bienestar emocional.
El panorama de la música tropical mexicana continúa evolucionando, y las historias de sus protagonistas siguen generando conversación entre seguidores y críticos por igual, mostrando cómo la vida personal y profesional pueden entrelazarse de maneras inesperadas y a menudo controversiales.
