El domingo, la valentía y dedicación de los bomberos se hicieron evidentes una vez más en Gorman, al norte del condado de Los Ángeles. Un voraz incendio forestal desató el caos, consumiendo miles de acres y obligando a evacuar la zona.
El llamado Post Fire surgió de la nada el sábado por la tarde, en un cruce de caminos cercano a la autopista 5. Aunque aún no se conoce el origen exacto del fuego, imágenes desgarradoras mostraban vehículos carbonizados en un estacionamiento cercano.
La magnitud del desastre creció rápidamente, alcanzando las 10,504 acres con apenas un 2% de control sobre él. Afortunadamente, no se reportaron heridos, pero dos estructuras sufrieron daños en la vorágine de las llamas.
Más de 300 héroes, repartidos entre siete agencias, se unieron para hacer frente al infernal enemigo. Bomberos de Los Ángeles, Ventura, Kern, CalFire y otras entidades luchaban contra vientos despiadados y visibilidad reducida, mientras aeronaves zigzagueaban en el cielo para frenar la furia incendiaria.
La batalla no ha terminado. Una advertencia de Bandera Roja ondea en las montañas de L.A. y Ventura, mientras el Servicio Meteorológico Nacional alerta sobre vientos desafiantes. El humo, como un fiel mensajero del desastre, se desplaza hacia el sureste, envolviendo a Santa Clarita y Castaic en su abrazo asfixiante.
La comunidad y los valientes combatientes se mantienen en vilo, esperando que la fuerza de la solidaridad y el coraje venza finalmente a las llamas que amenazan la paz de Gorman.