Un niño de 11 años, mientras jugaba en la calle, tomó el arma de su padre y la usó para ahuyentar a otro niño de 13 años que paseaba en bicicleta. La historia se volvió aún más preocupante cuando se descubrió que el padre, Alfredo Caceres de 55 años, tenía otras armas en su hogar, todas desprotegidas y al alcance de los menores en Long Island, Nueva York.
Según la policía, Caceres tenía varias armas en su propiedad, todas sin municiones, pero accesibles a cualquier persona. Caceres, consciente de la gravedad de la situación, cooperó con las autoridades y entregó las armas voluntariamente. Sin embargo, su falta de precaución para asegurar las armas en su hogar le valió un arresto por "falla en guardar armas de fuego de forma segura en primer grado."
La investigación determinó que el niño de 11 años no apuntó con la escopeta a nadie y que no hubo peligro real para nadie. A pesar de que no se produjo una amenaza directa, las autoridades consideraron que la falta de seguridad de las armas constituía una grave negligencia por parte del padre.
Caceres se enfrenta a la justicia, con una fecha límite para comparecer ante el tribunal el 17 de septiembre. Este incidente, que podría haber tenido consecuencias devastadoras, nos recuerda la importancia de la responsabilidad al guardar armas de fuego en el hogar, en particular cuando hay niños presentes.