La vasta Amazonía, comparable en tamaño a Australia, es un pilar fundamental en la regulación del dióxido de carbono, un gas de efecto invernadero que contribuye al calentamiento global. Sin embargo, el desarrollo acelerado está amenazando la existencia de este invaluable ecosistema. Durante su visita, Biden sobrevoló la selva en helicóptero, acompañado por el científico Carlos Nobre, ganador del Premio Nobel, y el asesor climático John Podesta. Juntos, observaron los efectos devastadores de la sequía, los incendios y la pérdida de hábitats naturales.
En su agenda, el presidente tiene programado reunirse con líderes locales e indígenas, así como visitar un museo dedicado a la Amazonía, con el objetivo de resaltar su compromiso con la conservación de la región. La administración Biden ya había anunciado el año pasado una contribución de $500 millones al Fondo Amazonía, la iniciativa internacional más significativa para la preservación de este bosque, financiada principalmente por Noruega. Hasta la fecha, Estados Unidos ha aportado $50 millones, y se anunció un nuevo aporte de $50 millones durante la visita.
Suely Araújo, exjefa de la agencia de protección ambiental de Brasil, destacó la importancia de esta visita, afirmando que “es significativo para un presidente en funciones visitar la Amazonía. Esto muestra un compromiso personal del presidente”. Sin embargo, también expresó su escepticismo sobre la posibilidad de que se logren resultados concretos, especialmente con la llegada de Trump, quien ha manifestado su intención de retirarse nuevamente del Acuerdo de París.
A pesar de las preocupaciones sobre el futuro de la Amazonía, la administración Biden ha presentado nuevas iniciativas para fortalecer la región y mitigar el impacto del cambio climático. Entre estas acciones se incluye la creación de una coalición financiera que busca movilizar al menos $10 mil millones en inversiones públicas y privadas para proyectos de restauración de tierras y economía sostenible para 2030. Además, se ha aprobado un préstamo de $37.5 millones a la organización Mombak Gestora de Recursos Ltda. para la reforestación con especies nativas en áreas degradadas de Brasil.
El presidente también firmará una proclamación que designa el 17 de noviembre como el Día Internacional de la Conservación, y durante su visita, enfatizará que Estados Unidos está en camino de alcanzar $11 mil millones en financiamiento climático internacional para 2024, un aumento significativo desde el inicio de su mandato.
La Amazonía, hogar de comunidades indígenas y del 10% de la biodiversidad del planeta, juega un papel crucial en la regulación de la humedad en Sudamérica. Sin embargo, enfrenta desafíos sin precedentes, incluyendo sequías históricas que han afectado a miles de comunidades ribereñas y han propiciado incendios forestales devastadores. Con la llegada de Luiz Inácio Lula da Silva a la presidencia de Brasil, se ha vislumbrado un cambio en la política ambiental, alejándose de la postura de su predecesor, Jair Bolsonaro, quien priorizó la expansión de la agroindustria sobre la protección del bosque.
A pesar de la disminución del 30.6% en la deforestación en el último año, los críticos advierten sobre proyectos que podrían comprometer la integridad de la Amazonía. La visita de Biden se enmarca dentro de un viaje de seis días a Sudamérica, el primero de su presidencia, tras participar en la cumbre de APEC en Lima, Perú, donde se reunió con el presidente chino Xi Jinping.