En medio de este panorama complejo, Honda y Nissan han anunciado oficialmente el inicio de conversaciones para una posible fusión. Esta unión, que también incluiría a Mitsubishi, ya aliada con Nissan, crearía el tercer mayor fabricante de automóviles del mundo, solo por detrás de Toyota y Volkswagen. Se espera que las negociaciones se extiendan durante los próximos seis meses.
Las fusiones en la industria automotriz no son novedad. Desde la formación de General Motors a principios del siglo XX, se han sucedido numerosas alianzas, algunas exitosas y otras con resultados menos favorables. El caso de Daimler-Benz y Chrysler, o la más reciente fusión de Chrysler con PSA Group (Stellantis), sirven como ejemplos de los desafíos que conllevan estas uniones, incluyendo caídas en ventas y ganancias, e incluso quiebras.
La situación de Nissan es particularmente delicada. Tras la ruptura de su alianza con Renault, y la salida de su CEO, Carlos Ghosn, la empresa ha enfrentado severas dificultades financieras. Sus ganancias se desplomaron un 94% en el semestre que terminó en septiembre, obligándola a recortar su producción en un 20% y a despedir a 9,000 trabajadores. Incluso se especulaba sobre una posible quiebra para 2026.
“Hoy marca un momento crucial,” declaró Makoto Uchida, CEO de Nissan, “Juntos, podemos crear una forma única para que (los clientes) disfruten de los autos que ninguna de las dos compañías podría lograr por sí sola.” Esta declaración refleja la necesidad imperiosa de ambas compañías de unirse para enfrentar los retos del futuro.
Para Adam Jonas, analista de Morgan Stanley, la posible fusión Honda-Nissan podría desencadenar una ola de consolidación en la industria. En una nota reciente, Jonas advirtió que las empresas automotrices tradicionales que no encuentren nuevos socios se enfrentarán a un futuro de menores dimensiones, mayores gastos de capital e investigación y desarrollo por cada vehículo vendido. “Las que elijan no participar, en esencia, ‘se hacen más pequeñas’”, escribió.
La magnitud de esta posible fusión y sus implicaciones a largo plazo para la industria automotriz global todavía se están desarrollando. Los próximos seis meses serán cruciales para determinar el destino de estas tres compañías y, potencialmente, para toda la industria.