El 2025 da la bienvenida a la Generación Beta, un grupo que abarcará aproximadamente desde 2025 hasta 2039. Sucediendo a la Alfa (2010-2024) y a la Z (1996-2010), la Beta heredará un mundo marcado por desafíos sin precedentes.
Según el demógrafo y futurista Mark McCrindle, “la sostenibilidad no será solo una preferencia, sino una expectativa” para la Generación Beta. El cambio climático y la rápida urbanización serán factores determinantes en la configuración de sus valores, moldeando una conciencia ambiental inigualable en comparación con generaciones anteriores.
La tecnología también jugará un papel fundamental. Se espera que la inteligencia artificial y los dispositivos inteligentes se integren completamente en sus vidas cotidianas, desde la resolución de problemas hasta las tareas más simples. Sin embargo, la influencia de las redes sociales podría ser diferente a lo que hemos visto.
Mientras la Generación Alfa se caracterizó por su inmersión en plataformas digitales, con fenómenos como "skibidi toilet" y "what the sigma", los padres pertenecientes a la Generación Z, la generación más tecnológicamente hábil hasta la fecha, podrían adoptar un enfoque más cauteloso respecto al tiempo de pantalla de sus hijos. Como señala McCrindle, “están rechazando la tecnología y la edad a la que sus hijos acceden e interactúan con ella.”
Jason Dorsey, investigador generacional y autor de "Zconomy", explica a NBC que la Generación Beta crecerá en un mundo pospandémico, sin la experiencia directa de cierres escolares y aislamiento social que marcaron a las generaciones anteriores. “Será algo que quizás sus hermanos mayores vivieron, algo que aprenderán en la historia, pero no necesariamente un evento contemporáneo,” afirma Dorsey.
A pesar de la utilidad de estas etiquetas generacionales para entender experiencias compartidas, es importante recordar que simplifican realidades complejas. El Pew Research Center, en 2023, decidió alejarse de las etiquetas generacionales en sus estudios, priorizando factores como la raza y la clase social como determinantes más significativos de las experiencias compartidas.
La Generación Beta representa un nuevo comienzo, un capítulo por escribirse en la historia de la humanidad. Su impacto dependerá de las decisiones individuales y del contexto social en el que se desarrollen. El futuro, aunque incierto, está en sus manos.