Desastres y seguros en California: La desigualdad entre las víctimas de los incendios
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Los nombres de Louise Hamlin y Chris Wilson, vecinos afectados, se han convertido en ejemplos opuestos de cómo la cobertura de seguros puede definir el futuro después de una tragedia. Ambos vieron sus hogares reducidos a cenizas, pero sus experiencias divergen drásticamente.
Hamlin, una madre soltera de 51 años, poseía una póliza integral con Mercury Insurance. “Su apoyo ha sido excepcional,” comentó Hamlin a CBS News, recibiendo cerca de un millón de dólares para la reconstrucción, además de cobertura para gastos de vivienda y otros complementos. Su póliza anual costaba $1,264 dólares, pero la cobertura ascendió a 1.5 millones de dólares.
En contraste, Wilson, de 44 años y con un hijo en camino, enfrenta una pesadilla burocrática y financiera. Tras la cancelación de su póliza por parte de SafeCo, se vio obligado a recurrir al FAIR Plan, el programa estatal de seguros básicos. Su situación refleja la problemática de miles de californianos.
El FAIR Plan, con una prima anual de $2,000 dólares, le ofrece una compensación máxima de $686,000, incluyendo solo $100,000 para gastos de vivienda temporal. Además, tuvo que contratar un seguro complementario por $1,500 anuales para cubrir riesgos básicos que el FAIR Plan no incluye. “Estamos hablando de cientos de miles de dólares de diferencia, y eso es devastador,” declaró Amy Bach, de United Policyholders a CBS News.
Este contraste no es aislado. El número de pólizas residenciales bajo el FAIR Plan se duplicó entre 2020 y 2024, alcanzando las 452,000. Este incremento refleja la retirada de grandes aseguradoras del mercado, como State Farm y Allstate, motivada por el aumento de desastres naturales y la dificultad de calcular riesgos ante el cambio climático.
El comisionado de seguros de California, Ricardo Lara, asegura trabajar para atraer aseguradoras, pero expertos como Dave Jones advierten sobre la necesidad de acciones más contundentes para mitigar el cambio climático, ya que de otra manera, el país se encamina hacia un futuro “inasegurable”.
El incendio Eaton, que destruyó las casas de Hamlin y Wilson, deja al descubierto no solo la devastación física, sino la económica y social. El peso de los incendios, con más de 8,700 reclamaciones y pagos superiores a los 1,000 millones de dólares en Los Ángeles, recae directamente en los propietarios, quienes enfrentan altos costos, procesos burocráticos extenuantes y la incertidumbre del futuro.
La situación de Wilson, quien considera demandar a Southern California Edison por su presunta responsabilidad en el incendio y posiblemente mudarse del estado, es un reflejo de la crisis que va más allá de los números; es una crisis que afecta directamente la vida de las personas y sus posibilidades de reconstrucción.
Las diferencias en la compensación, los obstáculos burocráticos y la inaccesibilidad a seguros adecuados dibujan un panorama complejo, donde la reconstrucción física palidece ante las desigualdades estructurales que exponen la vulnerabilidad de miles de familias ante los embates del cambio climático y la insuficiencia de un sistema de seguros preparado para afrontar la nueva realidad.