Amenaza de violencia cierra Hospital Huntington en Pasadena

La calma previa al caos se rompió alrededor de las 2 PM. Un hombre de 33 años, cuyo nombre aún no se ha revelado por las autoridades, había sido dado de alta del hospital ese mismo día. Horas después, una llamada telefónica. Una amenaza velada, pero lo suficientemente seria como para desatar un operativo de seguridad de gran envergadura. La policía de Pasadena confirmó la amenaza como legítima, descartando de inmediato la posibilidad de un "swatting", esas falsas alarmas que buscan generar caos y una respuesta policial masiva.
El mensaje interno del hospital fue contundente: Código Plata. Una alerta que, para quienes trabajan en atención médica, significa la posibilidad de un tirador activo o una toma de rehenes. El pánico, seguramente, se apoderó de los presentes. El hospital se convirtió en una fortaleza sitiada. Ambulancias fueron desviadas a otros centros médicos, pacientes y visitantes fueron rechazados en la entrada.
La respuesta policial fue rápida y eficiente. Las autoridades de Los Ángeles lograron detener al sospechoso, aunque aún no se han revelado los detalles del operativo ni las razones detrás de su amenaza. El silencio, sin embargo, fue roto horas después por un comunicado oficial del Hospital Huntington: "El Hospital Huntington recibió hoy una amenaza telefónica dirigida a nuestras instalaciones. Notificamos de inmediato al Departamento de Policía de Pasadena, que respondió con rapidez e informó que esta persona se encuentra bajo custodia."
Este incidente, aunque aislado, se suma a otros eventos similares ocurridos a principios de semana. Dos casos de swatting en el Hospital de Niños de la Universidad de Loma Linda y el Claremont McKenna College en Claremont, generaron respuestas masivas de las fuerzas del orden. La pregunta que queda en el aire es: ¿se trata de incidentes aislados o una tendencia preocupante?
Mientras el Hospital Huntington retoma sus operaciones normales, la investigación continúa. Los detalles aún son escasos, pero el eco de la tensión y la incertidumbre del viernes pasado permanece.