Pentágono: el ambicioso plan 'Cúpula Dorada' de defensa antimisiles de Trump

El nombre clave del proyecto es "Golden Dome" (cúpula dorada), una ambiciosa propuesta del Presidente Donald Trump para desarrollar un sistema de defensa antimisiles de última generación. La orden presidencial, emitida a principios de su mandato, exige al Secretario de Defensa Pete Hegseth un plan completo para su implementación antes del 28 de marzo. El objetivo declarado: proteger a Estados Unidos de ataques con misiles balísticos y hipersónicos de largo alcance.
La analogía con el Iron Dome israelí, frecuentemente invocada por Trump, es, según fuentes militares, “comparar manzanas con portaaviones”. Mientras el Iron Dome protege áreas pobladas relativamente pequeñas, "Golden Dome" pretende cubrir la extensión territorial completa de Estados Unidos, una tarea de una magnitud incomparablemente mayor. Una fuente, bajo condición de anonimato, puntualizó la dificultad de la tarea: “Israel es pequeño; cubrirlo con radares e interceptores es factible. ¿Cómo se hace eso con Estados Unidos? Los misiles intercontinentales pueden reentrar en la atmósfera sobre Kansas.”
La falta de definición del sistema es un obstáculo importante. Actualmente, “Golden Dome es solo una idea”, afirma la misma fuente. Si bien se exploran posibles tecnologías, la proyección de costos es, por el momento, imposible, aunque se habla de miles de millones de dólares en inversión y mantenimiento.
El Pentágono está reorganizando su propuesta presupuestaria para 2026-2030 para incluir el financiamiento de "Golden Dome". Steven J. Morani, subsecretario de Defensa para Adquisición y Mantenimiento, afirmó que “este es un procedimiento estándar para cualquier nueva administración”, pero la magnitud del presupuesto requerido sigue siendo una incógnita. El Almirante Mark Montgomery estima que un sistema de este tipo podría estar operativo en 7 a 10 años, pero con limitaciones significativas, quizás protegiendo solo zonas urbanas y edificios federales clave. “Cuanto más se busca una protección del 100%, más caro se vuelve”, advierte Montgomery.
El proyecto ha despertado el interés de las empresas armamentísticas, como Lockheed Martin, que ya promueve sus capacidades para contribuir a la construcción de "Golden Dome". Sin embargo, expertos como Laura Grego, de la Unión de Científicos Preocupados, advierten sobre los desafíos técnicos y económicos similares a los encontrados en la década de 1980 con la Iniciativa de Defensa Estratégica (“Star Wars”) de Reagan, un proyecto que consumió decenas de miles de millones de dólares sin alcanzar su objetivo. La Sociedad Americana de Física (APS) estima que se necesitarían alrededor de 16,000 interceptores en órbita para contrarrestar un ataque con misiles balísticos intercontinentales (ICBM).
Además de las dificultades tecnológicas y económicas, el proyecto plantea interrogantes sobre la estabilidad estratégica global y la disrupción de la disuasión nuclear. Un alto funcionario militar anónimo advierte sobre el riesgo de que la implementación de "Golden Dome" reduzca la confianza de las potencias nucleares en la capacidad de represalia mutua, lo cual podría incrementar la tensión internacional.
La viabilidad a largo plazo de "Golden Dome" permanece en el ámbito de la especulación, dejando en vilo la respuesta a la pregunta: ¿Será "Golden Dome" una inversión estratégica o una costosa ilusión?