Recorte de ayuda de Estados Unidos provoca 2,000 nuevas infecciones diarias de VIH

El foco se centra en la decisión del presidente Donald Trump, tomada el 20 de enero, de suspender casi por completo la ayuda exterior estadounidense. Esta medida, aunque inicialmente parecía una cuestión de política interna, tiene consecuencias globales profundas y de largo alcance, especialmente en la lucha contra el VIH/Sida.
Si bien el Departamento de Estado afirmó que el trabajo bajo el Plan de Emergencia del Presidente para el Alivio del SIDA continuaría, la realidad en el terreno es bien distinta. La directora ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima, alertó a la prensa en Ginebra sobre el impacto devastador de la interrupción de la financiación.
Según Byanyima, el cese de fondos ha provocado el cierre de numerosas clínicas y el despido de miles de trabajadores sanitarios. Esta situación no solo afecta la atención médica a quienes ya viven con VIH, sino que, según estimaciones de ONUSIDA basadas en modelos de la ONU, podría derivar en un alarmante incremento de nuevas infecciones:
La situación resalta la interdependencia global y la necesidad de cooperación internacional en la lucha contra enfermedades infecciosas. La ausencia de una respuesta inmediata podría tener consecuencias catastróficas.