En un gesto histórico, el Estado Mexicano, a través de la voz de Sheinbaum, ofreció una disculpa pública por la masacre de Tlatelolco, reconociendo el dolor y la injusticia que sufrieron los jóvenes de aquel movimiento.
Más allá de la disculpa, la Presidenta Sheinbaum resaltó el poder transformador del movimiento estudiantil de 1968, un movimiento que, con sus demandas de no represión y democracia, sentó las bases para la lucha por la libertad y la democracia en México. "Lo que estamos viviendo hoy es fruto de esa lucha", afirmó Sheinbaum, reconociendo la huella imborrable que dejó aquel movimiento en el tejido social del país.
Sheinbaum no solo evocó el pasado, sino que también hizo un llamado a las nuevas generaciones a aprender de la historia, a comprender las causas que impulsaron a los jóvenes del 68 y a reconocer que la lucha por un país más justo y democrático es una tarea constante, una responsabilidad compartida que debe ser asumida por todos.
La Presidenta Sheinbaum, con su mensaje, no solo honró la memoria de un movimiento histórico, sino que también reafirmó la importancia de la participación juvenil en la construcción de un futuro mejor.