El autobús, que aparentemente perdió el control de sus frenos, impactó con fuerza contra un Nissan Tiida que estaba estacionado frente a una casa. El golpe fue tan fuerte que el Tiida fue arrastrado varios metros, dejando un rastro de destrucción a su paso. El autobús no se detuvo ahí, siguió su camino sin control, arrollando otros tres vehículos que también estaban estacionados.
El impacto generó una ola de miedo y confusión entre los pasajeros del autobús y los vecinos que presenciaron la escena. Afortunadamente, no hubo víctimas mortales, pero el balance del accidente dejó 25 personas con heridas leves. A pesar de la gravedad de los golpes, los heridos se negaron a ser atendidos por las unidades médicas que llegaron al lugar.
La policía de Tonalá se movilizó rápidamente para controlar la situación y coordinar la asistencia a los afectados. Los agentes acordonaron la zona y comenzaron a investigar las causas del incidente.
Las aseguradoras, por su parte, trabajan en la cobertura de los daños materiales. Mientras tanto, los habitantes de Tonalá siguen conmocionados por el accidente, cuestionándose la seguridad del transporte público en la ciudad y pidiendo a las autoridades que tomen medidas para evitar que este tipo de incidentes se repitan.