El centro de la polémica reside en el presupuesto del Instituto Nacional Electoral (INE). La cifra en cuestión: siete mil millones de pesos. Una cantidad que, según la mandataria Claudia Sheinbaum Pardo, requiere de una justificación exhaustiva.
Durante una reunión con consejeros del INE, la presidenta planteó directamente la necesidad de mayor transparencia en la solicitud de un incremento presupuestal adicional, que oscila entre 1,000 y 1,500 millones de pesos. “Siete mil millones de pesos es mucho dinero,” afirmó Sheinbaum, exigiendo una detallada explicación del destino de cada peso.
La respuesta del INE, según la versión de la presidenta, no cumplió con las expectativas. Sheinbaum solicitó una desagregación del presupuesto, incluyendo detalles específicos como:
- Costos de capacitación del personal electoral.
- Detalle del gasto en materiales electorales: “Quiero saber el tipo y tamaño del papel de las boletas,” puntualizó.
- Justificación de otros gastos operativos.
La controversia, que se extendió a la conferencia matutina del 10 de enero de 2025, genera diferentes interpretaciones. Mientras algunos ven en la exigencia de transparencia una medida necesaria para rendir cuentas a la ciudadanía, otros perciben una estrategia para presionar al INE y, posiblemente, obstaculizar su operación.
La falta de una respuesta pública detallada por parte del INE, a la fecha, solo intensifica la incertidumbre. La brecha entre el gobierno y el organismo electoral permanece, dejando en el aire la pregunta fundamental: ¿Es una búsqueda genuina de transparencia o una estrategia política con implicaciones en las próximas elecciones?