La Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (CONASAMI), en acuerdo con empresarios, sindicatos y el gobierno federal, ha anunciado un aumento del 12% al salario mínimo. Esta decisión, que beneficiará a 8.5 millones de trabajadores, implica un salario diario que pasará de $248.93 a $278.80 pesos en la mayor parte del país, y de $374.89 a $419.88 pesos en la Zona Libre de la Frontera Norte. Este incremento también se aplicará a los salarios mínimos profesionales.
Pero, ¿cómo enfrentan este cambio las empresas, particularmente las pequeñas y medianas empresas (PyMEs) y startups? La presión sobre sus finanzas es innegable. Sin embargo, existen alternativas estratégicas para mitigar el impacto.
Una solución innovadora se centra en la optimización de los beneficios no salariales, aprovechando las ventajas fiscales que ofrece la Ley del Impuesto Sobre la Renta (ISR). Se trata de ofrecer a los empleados prestaciones como:
- Vales de gasolina: Con deducibilidad del 100% del IVA e ISR, siempre que se cumplan los requisitos fiscales.
- Vales de despensa: Deducibles en un 47% o 53%, dependiendo de la comparación con el año anterior.
- Vales de restaurante: Con una deducibilidad del 100% en ISR.
Este tipo de estrategias no solo alivian la carga financiera de las empresas, sino que también mejoran el clima laboral y la lealtad de los empleados. Aunque el salario sigue siendo crucial (un 59% de los trabajadores lo prioriza, según datos), las prestaciones se consolidan como elementos clave de motivación, de acuerdo al Estudio Panorama Laboral en México 2023 de Pluxee, destacando vales de despensa, seguros, fondos de ahorro y apoyo al transporte.
En este contexto, la implementación de soluciones integrales, que combinen un salario competitivo con beneficios atractivos y fiscalmente eficientes, se perfila como una herramienta fundamental para la competitividad empresarial en este nuevo año.