En Tijuana, la dinámica es compleja, una ciudad donde la esperanza y el temor se entrelazan a diario. Recientemente, la Fiscalía General de Baja California (FGE) abrió una investigación sobre una presunta organización criminal que opera bajo el nombre de "polleros". Se les acusa de atraer a migrantes con la falsa promesa de un cruce seguro a Estados Unidos, explotándolos y privándolos de sus pertenencias durante el proceso. De acuerdo con fuentes oficiales, la banda está integrada por al menos cinco individuos.
Según los testimonios recopilados por la FGE, la modus operandi consistía en reclutar migrantes en diferentes puntos de Tijuana, ofreciendo paquetes con precios aparentemente accesibles. Sin embargo, una vez que las víctimas estaban dentro de sus camiones o bajo su tutela, los privaban de su libertad con el fin de utilizarlos con beneficio para otros fines.
Las investigaciones continúan, incluyendo el análisis de registros telefónicos y testimonios de víctimas. La FGE se encuentra trabajando en conjunto con autoridades estadounidenses para desmantelar esta red criminal.
El caso subraya la vulnerabilidad de los migrantes y la necesidad de reforzar las medidas de protección y prevención de este tipo de delitos. La complejidad del problema va más allá del simple traslado ilegal, abarcando redes de explotación y extorsión. El desenlace de esta investigación será crucial para comprender la magnitud del problema y, sobre todo, para proteger a los más vulnerables.