Según el último informe de la Cámara de Diputados, el 14% de los mexicanos ha lidiado con depresión o ansiedad en el último año. Pero lo que realmente preocupa son los detonantes: "No es solo la pandemia, es la tormenta perfecta de estrés laboral, incertidumbre económica y hasta la presión invisible de las redes sociales", señala el documento. La lista de factores es contundente:
- Jornadas laborales extenuantes
- Falta de seguridad financiera
- Saturación de información digital
- Entornos urbanos cada vez más hostiles
El Consejo Nacional de Salud Mental y Adicciones (Conasama) surgió como esperanza para coordinar políticas, pero activistas señalan que "falta presupuesto real y profesionales capacitados en primer nivel de atención". La reforma para descentralizar los servicios y evitar hospitalizaciones prolongadas es un paso, pero insuficiente frente al crecimiento exponencial de casos.
Lo más revelador del informe parlamentario es su llamado a combatir el estigma. No se trata solo de abrir clínicas, sino de transformar una cultura donde pedir ayuda sigue siendo tabú. Ejemplo de ello es la modificación a la Ley Federal para Prevenir la Discriminación, que ahora incluye protecciones explícitas contra el maltrato por condiciones mentales.
Entre líneas, el mensaje es claro: mientras no haya campañas masivas de sensibilización, terapias accesibles y empleos que prioricen el bienestar emocional, las cifras seguirán siendo frías testigos de un problema que ya no puede esconderse tras sonrisas forzadas.
