A lo largo de la jornada, el funcionario destacó la necesidad de ampliar la cobertura de la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) a un público más amplio y explicó cómo esta medida encaja dentro de la estrategia global de la OMS y la OPS.
Para contextualizar, el VPH es responsable de la mayor parte de los casos de cáncer cervicouterino, la segunda causa de muerte entre mujeres en el país. A pesar de su gravedad, la enfermedad es totalmente prevenible mediante vacunación, y la inclusión de niños en el programa es un paso histórico que busca romper el ciclo de transmisión y proteger a las futuras generaciones.
El secretario anunció que el objetivo de esta campaña es inmunizar a 2.5 millones de niñas y niños en el presente año. “Desde 2024, ya se han aplicado más de 2 millones de dosis a niñas de quinto año de primaria y a niños de 11 años no escolarizados”, explicó Kershenobich. “Con la vacuna nonavalente, que cubre nueve tipos de VPH, logramos la mayor protección posible contra las cepas oncogénicas y las que generan verrugas genitales.”
La estrategia se extiende a los siguientes grupos:
- Niñas y niños de quinto grado de primaria y de 11 años.
- Niños de 12 a 16 años.
- Personas entre 11 y 49 años que viven con VIH.
- Adolescentes víctimas de violencia sexual.
Además de la prevención del cáncer cervicouterino, la vacunación de niños también aborda el riesgo de otros tumores relacionados con el VPH, como el de vejiga, y reduce la incidencia de verrugas genitales, que afectan a un gran número de jóvenes cada año.
Con la incorporación de la vacuna nonavalente y la ampliación a la población infantil, el gobierno busca no solo disminuir la carga de cáncer en México, sino también sentar las bases de una estrategia preventiva que perdure en las próximas décadas.
