John McCain, el controvertido senador federal quien representa el estado de Arizona, recientemente causó más controversia, pues él declaró públicamente que entrar a terreno estadounidense ilegalmente sería igual como cometer una infracción de tránsito. Estas palabras se dirigieron a una audiencia durante una junta comunitaria en la municipalidad de Sun Lakes, y fueron recibidas con resultados divergentes. “Todos nosotros, y pienso que las excepciones son raras, desafortunadamente hemos, de vez en cuando, violado la ley. Por mi parte, yo fui culpable de conducir con exceso de velocidad. Pagué una multa, y fue necesario asistir a una clase de conducir vehículos (una penalización común otorgada por parte de gobiernos municipales o de condados es exigirle a conductores quienes han violado reglamentos de tránsito, asistir a clases especiales, las cuales sirven como un repaso de los buenas prácticas de conducir). Algunos de nosotros posiblemente recordamos esa experiencia”, declaró el senador. McCain, con el apoyo de ocho colegas del senado federal, actualmente busca introducir un proyecto de ley sobre la reforma inmigratoria, el cual posiblemente incluirá algún sendero a la ciudadanía estadounidense.
Sin embargo, este esfuerzo no tiene la aprobación total de la circunscripción del senador McCain, y esto fue evidente durante la junta en Sun Lakes, cuando algunos asistentes señalaron intensamente que sería preferible otorgar solamente permisos de trabajo a las personas indocumentadas en lugar de ciudadanía. Steven Camarota, quien funge como director de investigaciones para el Centro de Estudios Sobre la Inmigración (Center for Immigration Studies en inglés), una agencia dedicada a llevar a cabo investigaciones sobre la inmigración a los Estados Unidos, recientemente expresó dudas sobre el programa de reforma inmigratoria patrocinado por los senadores, pues él señaló que entre los votantes estadounidenses existía preocupaciones que la legalización del status inmigratorio de personas actualmente indocumentadas podría servir como recompensa por haber violado leyes estadounidenses.