Nogales, Son.
El arrojo y la valentía de Roberto Carlos Contreras Vásquez, Bombero del Año 2013, es un ejemplo para sus hijos y para la sociedad.
Condecorado como el Bombero del Año 2013, Roberto Carlos Contreras Vásquez manifiesta que su gusto por esta profesión lo trae en la sangre y son los pasos que su hijo Jesús Alejandro quiere seguir, los cuales apoyará.
Padre e hijo colaboran en favor de la comunidad a través del Cuerpo de Bomberos Gustavo L. Manríquez, donde todos los días están presentes para trabajar y apoyar.
Roberto Carlos cuenta con 21 años de servicio y después de todo este tiempo fue condecorado como el Bombero del Año 2013, en las recientes actividades con motivo del Día Nacional del Bombero, y donde señala que fue toda una sorpresa.
“Fue una sorpresa, ya que no me lo esperaba, creo que me reconocieron por las ganas que le he puesto, todos los cursos que he tomado y también me subieron de oficial”, dice Contreras Vásquez respecto a su distinción.
Relata que desde que era niño siempre quiso ser bombero y recuerda cómo se colocaba unas botas de su papá que era minero, simulaba en el patio un incendio y luego salía a apagarlo, hasta cuenta cómo con un envase de champú se fabricó parte del casco.
Añade que cuando se enlistó en las filas del Cuerpo de Bomberos, le solicitaban un permiso de los padres y en el caso de su mamá, no quería que se dedicara a eso, por lo que le costó mucho trabajo que le firmara el documento.
Contreras Vásquez señala que lo que más le gusta de ser elemento del Cuerpo de Bomberos es el poder ayudar a la gente, valor que considera importante en la vida de su hijo Jesús Alejandro, quien desde muy pequeño ha mostrado interés por esa profesión.
Respecto a cómo combina su trabajo con su familia manifiesta: “primero cuando estaba soltero no había problema, pero ya que me case, pues pienso en mi familia, sabes que sales de tu casa, mas no sabes si vas a volver, cuando salgo a trabajar les digo que Dios los bendiga y nos vemos mañana”.
Comenta que el pilar principal entre su carrera y su familia es su esposa, quien siempre le ha mostrado su apoyo para seguir adelante con su sueño y ahora en el de su hijo Jesús Alejandro.
“Ella ha sido un pilar muy grande en mi vida y conoce de los riesgos de la profesión, su papá también fue bombero”, añade el elemento.
El Bombero del Año cuenta que la situación que más ha marcado su vida profesional es cuando en un incendio le tocó la desgracia de encontrar a un bebé de seis meses totalmente calcinado y para asegurarse de que se trataba de un cuerpo tuvo que introducir un dedo en su pequeña cabecita.
“Lo primero que haces cuando llegas a un incendio es encomendarte a Dios y en hacer bien tu trabajo para poder regresar con tu familia”, agrega referente a lo que pasa por su mente al momento de llegar a un incendio.
Fuera de la Estación Centro, donde habitualmente labora, participa en una tecno banda llamada “Fuego Musical”, que se formó en el mismo Cuerpo de Bomberos, además de desempeñarse como el sargento de la Banda de Guerra de dicha institución.
Por su parte, su hijo Jesús Alejandro es un pequeño muy inquieto que ya tiene definido su futuro, al señalar que quiere ser bombero como su papá, profesión a la que le ha tomado mucho cariño y de la cual aprende todos los días.
Jesús Alejandro se desempeña en algunas ocasiones en el programa de Prevención del Cuerpo de Bomberos, donde apoya en las pláticas que llevan a cabo en las diversas escuelas de la ciudad.
Asimismo se identifica muy bien con todos y cada uno de los equipos y área de trabajo de los bomberos, por lo que tiene pleno manejo de la gran mayoría de los instrumentos.
Manifiesta cómo un día su papá fue a su escuela y se sintió muy orgulloso de él: “mi papá un día fue a mi escuela, un salón se estaba quemando por un corto circuito y mis amigos me dijeron que estaban orgullosos de mi papá, me hace feliz pensar en que quiero ser bombero, todos los días quiero aprender más”.
Por su parte, su papá lo apoya de manera incondicional en su objetivo de convertirse en bombero algún día. Por lo que la extraordinaria profesión de bombero se ha convertido en todo un legado generacional en la familia Contreras Villareal.