Nogales
José Luis Hernández Hernández, mejor conocido como “El Dragón”, escupe fuego en la esquina del periférico Luis Donaldo Colosio y Carretera Internacional para ganar dinero y sacar adelante a su familia.
“El Dragón” tiene 43 años de edad, llegó a esta frontera hace 24 años procedente del Distrito Federal y tiene su domicilio en la calle Orizaba y Jalapa de la colonia Empalme Nogales.
Este conocido personaje de la ciudad solía verse siempre acompañado por su familia. Mientras él escupía fuego, sus cuatro hijos y su esposa lo aguardaban, viendo cómo expone su vida al ingerir gasolina y luego arrojar una gran llamarada, para después colectar unas monedas entre los conductores.
Pero tristemente narra que se está divorciando y actualmente no lo dejan mirar a sus hijos, que son las personas a quien más ama en esta vida.
José Luis cuenta que estudió hasta cuarto año de primaria, y debido a problemas familiares ya no pudo continuar sus estudios, y hasta tuvo que abandonar su casa, pues recibía malos tratos de parte de algunas parejas que tuvo su papá.
Empezó a trabajar en el oficio de escupir fuego en 1989, año en que llegó a esta frontera.
“El Dragón” comenta que empezó en este oficio por necesidad, no por gusto, porque no tenía papales para cruzar a Estados Unidos. Pero dice que hoy aunque los tuviera ya no se iría de aquí, pues sus hijos son nogalenses.
‘Lo hago para sacar adelante a mi familia. Hay temporadas buenas, como las de estas fechas decembrinas, hay gente que me regala despensas, ropa, cobijas y hasta regalos para mis hijos.
Quiero poner una carreta de hot dog entrando el año, en las calles Ruiz Cortines y Orizaba, para que mis hijos no sigan mi ejemplo de El Dragón, ya que a toda la familia me la traía al trabajo para cuidarlos y que me cuidaran, por si me hubiera atropellado un carro estuvieran al pendiente. Ahorita con el problema que tengo estoy preocupado, ya que tengo miedo que les pase algo”, dice consternado.
Señala que hasta el momento no ha tenido problemas de salud a consecuencia de su trabajo por el uso del combustible y el fuego.
Y teniendo salud, su mayor anhelo en la vida es sacar adelante a sus hijos, los cuales considera un milagro.
José Luis recalcó que en este oficio tiene días buenos y días malos, pero por igual agradece a la ciudadanía el apoyo que le ha brindado a lo largo de sus 24 años de estarse exponiendo a sufrir quemaduras o ser arrollado por algún vehículo.
Con los ojos llorosos dio finalmente las gracias a Dios por la vida.