Historias del Cereso: Un recorrido por la prisión femenil

Prisión, una palabra que estremece la piel, que de sólo imaginar la experiencia da miedo; es una triste realidad, un lugar que existe para que las mujeres que cometen delitos paguen por su error

Historias del Cereso: Un recorrido por la prisión femenil
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Nogales.

Prisión, una palabra que estremece la piel, que de sólo imaginar la experiencia da miedo; es una triste realidad, un lugar que existe para que las mujeres que cometen delitos paguen por su error.
En el Centro de readaptación femenil de Nogales hay 105 reclusas que pagan por sus delitos por una mala decisión que les arrebató su libertad. Para muchas estar encerradas les quitó posibilidad de ver crecer a sus hijos y el poder estar con sus familias.
Al llegar al lugar hay una reja la cual tiene que ser abierta por una custodio, quien pregunta a quién visitas o el motivo; ahí mismo se informa de los objetos que no cruzan al interior.
Es un lugar pequeño en el que realizan las revisiones y en donde también hay un cuartito de la trabajadora social que atiende las peticiones de familiares y reclusas.
Por esta misma entrada también se hace el internamiento de las detenidas que serán recluidas en el lugar. Una segunda puerta lleva al área donde otra persona toma datos y fotografías de la detenida, aquí también se revisa que no lleve objetos de peligro y se guardan sus pertenencias.
Una tercera puerta y un pasillo corto conducen al área de tope; todas las peticiones o asuntos se tienen que tratar con la custodio que permanece en una pequeña isla.
En el pasillo está también una puerta que conduce a uno de los dos cuartos del área conyugal.
En el área de tope se encuentra el consultorio medico general, en otro espacio un dentista, doctor y dentista son auxiliados por una enfermera.
Si alguna de las reclusas requiere de atención, primeramente se dirige a la custodio y posteriormente es atendida.
En otro cuarto está el área educativa donde los profesores de primaria, secundaria y preparatoria, ayudan a las presas a culminar con sus estudios; alrededor están las computadoras y a los costados dos libreros que resguardan libros.
Aquí un profesor apoyaba a varias mujeres. Aquí el culminar con estudios básicos es una posibilidad. Sin embargo aun falta mucho material.  Para ellas, los maestros apoyan como pueden, sus conocimientos están pero siempre se requiere de más libros, computadoras, cuadernos, todo lo que un estudiante requiere para desarrollar sus actividades educativas y poder sobresalir en ello.
En el área de tope también se encuentra el área de comandancia y en otros dos cuartos está el área de indiciados. En este lugar los nuevos internos esperan un tiempo determinado en lo que se define su situación, es decir si son internados o salen a través de una fianza.
A través de unos escalones sales al exterior, donde están los pabellones A, B y C. Son tres espacios donde duermen las presas. Una de ellas tiene a su pequeña hija viviendo en el lugar.
Todas conviven por igual, los dormitorios no se dividen por área de peligrosidad aunque la mayoría tienen cargos por delitos federales.
A los costados se encuentran el área de visitas, mesas y sillas de plástico son las que se utilizan.
También hay una pequeña iglesia. Muchas se acercan a Dios cuando están en prisión y estudian la Biblia.
En el lado izquierdo está la cancha donde juegan futbol y voleibol; se organizan partidos entre ellas mismas y ahora con la nueva directora hay oportunidad de realizar campeonatos con personas externas.
Antes de llegar a la cancha está el área de la cocina, todo lo que consumen las reclusas es preparado por ellas mismas; también cocinan antojitos que venden entre ellas mismas.
 Los teléfonos son visibles por todos lados, con estos las internas se ponen en contacto con sus familiares; cada quien costea sus llamadas.

OPORTUNIDAD
DE TRABAJO
Diferentes empresas han dado oportunidad de un trabajo a las mujeres que se encuentran en el centro de readaptación femenil.
En el lugar se realizan estolas para graduación, cuadros y piezas para artículos de música para una fabrica de Nogales, Arizona.
Con la remuneración por el trabajo que realizan algunas de las internas envían dinero a sus familias. En todo se pone cuidado, pero en lo que concierne a piezas para instrumentos musicales, todo debe ser realizado minuciosamente.
Nada es fácil, sin embargo hay oportunidad de empleo; mil piezas de astas pequeñas piezas significan 25 dólares de ingreso.
Las mismas reclusas apoyan también para pagar la fianza de otras mujeres que cometieron un delito menor; uno de los casos en el que apoyaron fue el de una mujer con seis hijos, quien amamantaba a un bebé, quien robó tres paquetes de salchichas para dar comida a sus hijos.
Desde personal operativo hasta las internas cooperaron y pagaron la fianza impuesta para que regresara al lado de sus niños.

UNIFORMES Y ARTÍCULOS PERSONALES
El uniforme es beige con gris. Mucha ropa que reciben las reclusas es por donaciones, desde tenis, calcetines, ropa interior, así como también artículos de uso personal.
En las visitas las presas reciben de su familia lo que necesitan para su aseo, sin embargo hay quienes no reciben visitas y es a través de las donaciones que hacen al lugar que se cubren estas necesidades.
Si bien es cierto el lugar no es bonito, la directora de la institución dijo que están en un proyecto de remodelación, ya que pese a que es una cárcel, se merecen mejores instalaciones.
El ambiente entre ellas es familiar, se ayudan unas a otras, comparten y conviven día con día; hay quienes saldrán en unos meses pero muchas permanecerán entre esos muros por años y hasta toda su vida.

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