El Diario de SonoraNogales.
Según datos del Centro de Investigación del Cáncer en Sonora, la posibilidad de ser víctima de esta enfermedad aumenta cerca de un 10 por ciento si en la familia existen antecedentes de tumores cancerígenos.
Por lo que es fundamental que si hay una duda o se tiene referencia directa, tanto hombres como mujeres, asistan a realizarse una revisión a la brevedad, una experiencia que aconsejan plenamente Adriana Talamante y su madre Guadalupe Alemán.
Ambas son sobrevivientes al cáncer, una al padecimiento en mamas y otra en cervicouterino; ellas son un claro ejemplo de lo que la prevención a tiempo puede hacer, y es que también la fortaleza mental y el deseo de vivir ayuda en una persona que tiene que pasar por el calvario de una enfermedad tan agresiva.
“Desafortunadamente en recientes fechas a nivel nacional ha aumentado el número de personas que son diagnosticadas con cáncer en alguna parte de su cuerpo de acuerdo al sector salud, y Nogales no es la excepción”, comentan.
Según Adriana y Guadalupe, lo primero en lo que pensaron al recibir sus diagnósticos fue en la muerte, pero también en una oportunidad de vida que solo se obtiene por medio de luchar por su salud.
“Pues me sentí muy triste, con muchas ganas de llorar, pero no lloré, porque en ese momento pensé en Dios principalmente y dije, pues si mi hija lo tiene o lo tuvo, pues lo voy a vencer, yo no sé cómo pero lo voy a vencer”, expresó Guadalupe.
“Yo me siento como una gran guerrera que venció al cáncer... vencí a la muerte” y añadió: “yo me siento muy bien, de hecho a otras personas que tengo como amistades les digo ‘tienes que ir, que no te dé vergüenza’... por la vergüenza puedes morir”, añade Adriana.
Además agrega que “a mí se me figura que más que nada es responsabilidad como mujer, porque uno como mujer tiene que ser responsable”.
Ambas afirman que lo principal es nunca perder la fe o la esperanza de que se vaya a superar el mal; la buena disposición a los tratamientos y seguir al pie de la letra las indicaciones tienen mucho que ver en la recuperación.
Así como el apoyo de sus seres queridos, ya que el cáncer no solo afecta a los pacientes, también golpea fuerte a las familias.
“Se siente uno triste... el tratamiento de eso de las quimios para mí no fue, no una cosa que digamos que me atarante o que me enferme más, no, será por la fe que yo tenía y por la forma que yo le pedía a mi padre que me ayudara, será por eso que yo no sentía nada, yo sabía que me iba a aliviar”, dijo la madre.
Según las dos sobrevivientes, el tratamiento en el caso de Guadalupe fue relativamente tranquilo y con poco dolor o mareos, pero para su hija Adriana, lo invasivo del método de extinción del tumor que se utilizo la ha marcado, y esperan reforzar sus revisiones para no volver a ser víctima de esta enfermedad, ya que en el dos por ciento de los casos los tumores vuelven.
“Yo le decía que me dolía mucho a la ginecóloga, pero en sí los míos duraron relativamente poco, seis meses, pero pues a nosotros nos tocó conocer a una persona que se la comió toda, ella tenía cáncer de colon y al final quedó sin nada, el puro hueso se le veía, porque se le iba comiendo poco a poco, pero uno tiene que seguir luchando: tener fe es tener fortaleza”, asegura.
El llamado de estas sobrevivientes es muy simple, pero a la vez poderoso y va a toda la ciudadanía, sobre todo porque octubre es el mes de la lucha contra el cáncer en la mujer.
Ellas se consideran guerreras, esto no solo por haber vencido a la enfermedad, también porque siguen luchando por su salud y la de los demás que las rodean.
Así también como a la comunidad entera, ya que se ha vuelto hasta cierto punto una misión de vida sugerir enérgicamente a las personas que se realicen los exámenes correspondientes y permanecer juntos fuera de peligro.
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