El Diario de SonoraNOGALES
El número de menores que trabajan de manera informal en esta ciudad se duplica, más de 60 niños menores de 15 años realizan malabares en los cruceros y se convierten en el sustento de sus familias con ganancias que superan los mil pesos por día
Las autoridades municipales y estatales aseguran que están consientes de la situación y buscan nuevas herramientas para contrarrestar el incremento.
Directivos y titulares de dependencias del gobierno aseguran que la única solución al problema es concientizar a la sociedad a que no les dé dinero a estos niños, pues con ello, lejos de ayudarlos, los hacen víctimas de explotación infantil por parte de sus padres, los alientan a seguir arriesgando su integridad, a la deserción escolar y en muchos casos al consumo de drogas.
Los menores han reportado que son víctimas de despojo de dinero, luego de obtener ganacias de hasta mil pesos al día, cuyo recurso dicen emplear en la compra de diferentes productos.
SIETE DE CADA 10 SON OBLIGADOS A TRABAJAR: DIF
La Directora del DIF Nogales señala que el incremento de menores trabajando en la calle es una situación latente que se vive en Nogales, y como institución están consientes de ello y trabajan en resolverlo.
Ana Álvarez refiere que el sistema DIF cuenta con un comité para la erradicación del trabajo infantil en coordinación con el Gobierno del Estado en el que participan asociaciones civiles y la Comisión Estatal de los Derechos Humanos
Un estudio metodológico, señala, realizado por la Universidad Pedagógica de Nogales les dio las bases y herramientas teóricas para darse cuenta del incremento en el número de menores trabajando, actualmente existen más de 60 niños que laboran en avenidas y cruceros de la ciudad.
De los datos recabados, destaca que más del 90 por ciento de los menores trabajadores son varones con edades de entre los 7 y 15 años de edad.
Siete de cada 10 menores son obligados por sus padres a realizar los trabajos, como malabares o limpia vidrios, les asignan horarios, los vigilan e incluso los dejan en el lugar y los recogen en carro.
Cada menor gana en las esquinas entre 600 y mil pesos diarios, con cuatro horas de trabajo, realizando malabares.
Estos menores constantemente son víctimas agresiones físicas por parte de adultos, quienes los despojan del dinero, además de abusos de parte de otros adolescentes.
La Directora del DIF informa que los estudios realizados señalan que estos varones aumentaron sus horas de trabajo y actualmente trabajan también en las noches, durante los fines de semana.
“En Nogales hay siete puntos focalizados por las autoridades, donde los menores realizan estos trabajos, y son avenida Plutarco Elías Calles y 5 de Mayo, Plutarco Elías y 5 de Febrero, al igual que en Obregón y Tecnológico, Obregón y 5 de Febrero, Bulevar El Greco y avenida Álvaro Obregón, entre otros”, dice.
La funcionaria agrega que debido a las garantías de ley, estos menores no pueden ser retenidos o retirados por la policía, ya que no están cometiendo ningún delito, por ello solo se les informa sobre sus derechos de no trabajar y de ser mantenidos.
“Buscamos la sensibilización de la sociedad en el tema de la aportación monetaria que otorgan a estos niños, ya que lejos de ayudarlos a mitigar el hambre o mejorar su estado de vida, fomentan la explotación infantil”, comenta.
“La situación en esta ciudad con estos niños es que sus padres están conscientes de lo que hacen ya que en la mayoría de los casos ellos los obligan a trabajar de esa forma con ganancias de hasta 6 mil pesos a la semana. Con estas ganancias que logran gracias a las aportaciones de la gente, los menores son susceptibles a la deserción escolar y en muchos de los casos al consumo de drogas”, agrega.
SIN ABUSOS EN TRABAJOS OFICIALES: TITULAR DE INSPECCIÓN DEL TRABAJO
Actualmente en Nogales no existen quejas de algún tipo de abuso por parte de algún patrón en contra de menores que trabajan dentro de los términos mencionados, según informa el titular de Inspección del Trabajo en esta frontera, cuya dependencia hizo entrega en 2017 de 704 permisos para que menores de 16 años puedan trabajar formalmente, y 18 en lo que va del año.
Gabriel García Morales señala que las tiendas de autoservicio son las empresas que más brindan trabajo a menores estudiantes, seguidas de restaurantes de comida rápida, pero también se atienden solicitudes de maquiladoras y negocios familiares.
Menciona que, como Inspección del Trabajo, su labor es estar muy al pendiente de que los menores que laboran dentro de los lineamientos oficiales sean tratados como se merecen, dentro de los horarios que establece la ley.
No obstante reconoce no se puede negar el trabajo de decenas de niños en las calles de esta frontera, trabajo que no es regulado.
“Es una realidad compleja que no se puede negar o intentar ocultar, porque se ve todos los días, sin embargo estoy seguro de que a medida de que cada dependencia cumpla con los objetivos estructurados y planeados y se actué en consecuencia se van a lograr buenos resultados erradicando este problema social.
Si no nos involucramos directamente con el problema, vamos a seguir viendo esta situación, si la Procuraduría del Menor, la Comisión de los Derechos Humanos, la mismas policías, cumplieran con su trabajo, veríamos más resultados”, finalizó.
PADRES NO ASUMEN RESPONSABILIDAD: COORDINADOR DEL ITAMA
El incremento de niños trabajando en las calles es una situación real, que está mal y puede empeorar, señala el coordinador del Instituto de Tratamiento y Aplicación de Medidas para el Adolescente (Itama).
José Rafael Ledesma Beltrán refiere que el Itama y la misma Secretaría de Seguridad Pública tienen como responsabilidad hacer trabajos de prevención, a través de programas como “Escudo Ciudadano”, visitas a escuelas y colonias, donde se promueva la participación de las familias en la formación del adolescente.
Y para ello, explica, se tiene contacto y se trabaja en coordinación con otras dependencias como el ISEA, DIF, Conciliación y Arbitraje, e incluso con la Comisión de los Derechos Humanos, entre otras.
En torno al problema de los niños malabaristas, Ledesma Beltrán señala que resolver gran parte de este problema está en manos de la sociedad “que por buena voluntad o ciertos problemas emocionales, le otorgan al menor dinero al verlo en las calles, y con ello automáticamente los alientan a que sigan ahí en esa condición, formándose un círculo vicioso”.
Agrega que la conducta de todo menor es reflejo del ejemplo que la familia está dando, si no existe una buena estructura familiar a pesar del que menor lleve un programa en Itama al ser reinsertado en su núcleo familiar, recaen.
“Los niños que están en la calle trabajando de forma ilegal son producto de padres que no asumen su responsabilidad con ellos y la sociedad”, comenta.
Los menores son utilizados por terceras personas, dice el funcinario, para involucrarse en delitos más graves, como el homicidio y el mismo narcotráfico, “la calle es el mejor lugar donde células del crimen organizado reclutan a los menores”.
“Las dinámicas de las familias de los niños que trabajan no favorecen a su formación y por naturaleza, estos buscan alejarse de los abusos cayendo en la calle donde les va peor” señala.
Actualmente Itama tiene un total de nueve menores que llevan un proceso en internamiento, siendo el delito patrimonial el que más cometen los adolescentes, como robos asaltos y daños.
También hay jóvenes que llevan un proceso de externamente debido a que no fue una situación tan grave.
La reincidencia está alrededor de 16 por ciento, informa Ledesma Beltrán, y en todos los casos es porque la familia no se involucra para sacar adelante al joven.
DEBEMOS SEGUIR TRABAJANDO: CEDH
Personal de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos señala que por su parte realizan esfuerzos en programas preventivos con pláticas en las escuelas de esta ciudad, donde se orienta al menor para que valore la oportunidad que tienen de estudiar.
Agregan que se cuenta con las investigaciones de campo que ha realizado el DIF Municipal en apoyo con otras instituciones y están conscientes de la situación actual y tienen conocimiento del incremento de la cantidad de menores trabajando.
“Con base a los datos actuales caemos en la conclusión que debemos de seguir trabajando en los programas de prevención”, señalan.
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