Celebran Día Nacional de las Personas Sordas

Inclusión no es solo aprobar leyes; es un cambio de actitud a quienes padecen alguna discapacidad, señala la docente

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El termino inclusión de acuerdo a la Real Academia de la Lengua Española, se define como un principio en virtud del cual la sociedad promueve valores compartidos orientados al bien común y a la cohesión social, permitiendo que todas las personas con discapacidad tengan las oportunidades y recursos necesarios para participar plenamente en la vida política, económica, social, educativa, laboral y cultural, y para disfrutar de unas condiciones de vida en igualdad con los demás, lo cual a pesar de la gran moda que ha disfrutado en los últimos años esta palabra, se hace solo por encima.

Cada 28 de noviembre en México, se conmemora el Día Nacional de las Personas Sordas, fecha que sirve como marco para exponer y dar visibilidad a la situación, de millones de ciudadanos que diariamente, tienen que buscar una forma comunicarse sin la posibilidad de escuchar, en un ambiente social que no cuenta con las herramientas para cumplir con una interacción efectiva, siendo regularmente lo que cuentan con una pérdida auditiva, que buscan adaptarse con diferentes estrategias, sin embargo y en la mayoría de los casos, no reciben el mismo esfuerzo por sus familiares, entornos escolares y gobiernos.

Dulce Karolina Villegas Cadena, Licenciada en Comunicación Organizacional, docente con más de 10 años de experiencia y persona sorda, relató que el concepto que se nos vende actualmente como inclusión, es solo una forma sencilla de vender a las personas un lado más humano de algún personaje público, pero los cambios neurálgicos y fundamentales quedan de lado en las acciones, permanecen solo en los discursos.

Relató que desde temprana edad, notó una pérdida auditiva en ambos de sus oídos, lo cual empeoró tras padecer covid en 2020, pasando de tener complicaciones para comunicarse a prácticamente no percibir ningún sonido en su oído derecho y conservar audición pobre alrededor del 15 por ciento en su lado izquierdo, por lo que utiliza aparatos auditivos, que además de tener un valor comercial alto, ayudan en su problema, pero no pueden regresar su sentido perdido, ya que este mal, es degenerativo y se agudiza con el tiempo.

La profesora sostuvo que lo que ahora se practica, no es inclusión, es una especie de capacitismo o prejuicio social, en donde se le da valor a una persona, por su capacidad o discapacidad, sin tomar en cuenta el lado humano de cada uno de los individuos, discriminando a todo aquel que no es considerado normal”, ya sea para un trabajo, posición académica, convivencia familiar, deportiva o un sinnúmero de actividades, en donde la sociedad mide solo por lo
que puedas ofrecer y no por lo que vales.  

 Es algo que viene de manera generacional, a inculcar en las mentes del colectivo, que una persona con discapacidad, es infantil, es pobrecito, es que no sabe, entonces debemos de derribar todo ese tipo de barreras generacionales que nos impiden a nosotros como personas sordas, el poder desarrollarnos de manera efectiva, uno de los principales problemas que tenemos como personas sordas, es el acceso a la información, mucha información que no podemos agarrar como cualquier otra persona, no podemos tener una vida libre, sin tener un intérprete por así decirlo, las formas de comunicarse con nosotros, creemos que si nos sabemos lengua de señas mexicanas es imposible el que podamos comunicarnos, pero no es así, existen muchas formas de derribar este tipo de barreras”, explicó.

Enfatizó en que uno de los caminos y en principal sin duda, es el conocimiento de Lengua de Señas Mexicana o LSM, por un amplio espectro de la población, por lo que ahora que es reconocida como un lenguaje oficial de Sonora, debería de formar parte de la estructura curricular de todos aquellos que se encuentran en edad de estudiante, con especial énfasis en los que se dedicarán en un futuro a formar educadores.

Dijo el primer paso es la voluntad de comunicarse, y sugirió el utilizar las herramientas digitales, como mensajes de textos o físico y gráfico como la escritura en papel, o algún otro tipo de materiales, inclusive el lenguaje no verbal o las señas culturales sencillas, que hemos pasado por generaciones, el objetivo es no pensar, que porque una persona es sorda, no puede ser parte de los grupos sociales y buscar una inclusión completa desde temprana edad, en todos los entornos.

 Es muy feo decir, soy inclusivo, pero no serlo en realidad, como persona sorda, te topas con estas situaciones, donde a lo largo de una vida de oyente, que fue mi caso en particular, el año pasado pierdo el oído y todos esos años de experiencia laboral, que son 17 años de experiencia laboral, 10 de experiencia como docente, se quedan anulados, porque va primero mi discapacidad, tengo que decir, hola mucho gusto soy Dulce y soy sorda”, declaró.

Situación que desafortunadamente comparten una gran cantidad de personas no solo sordas, con cualquier tipo de discapacidad, viendo como por lo que han trabajado todas sus vidas en el sector académico o productivo, se esfuma en muchas ocasiones, porque empleadores o compañeros de trabajo, buscan no batallar” con un profesional bien calificado, solo porque tiene una condición de vida diferente.

Indicó que falta mucho por hacer en el tema de una inclusión real, porque no es solo el aprobar leyes y dar instrucciones para que se realicen las acciones, también es un cambio de actitud hacia todos aquellos que tienen alguna discapacidad, ya que logrando esas modificaciones estructurales, podrían darse con mayor facilidad una gradual incorporación de estos sectores poblaciones, para que dejaran de ser vulnerables o minorías y se conviertan realmente en parte de la sociedad, pero esto es algo que solo se puede lograr, con cimientos fuertes y concientizando a las nuevas generaciones.

 El Día Nacional del Sordo no solo es el 28 de noviembre, debería de ser diariamente, porque el ser inclusivo depende de incluir a las personas sordas en todas las actividades sociales, económica y políticas de la ciudad, de las actividades laborales, de decir, soy una persona incluyente, soy una empresa y como tal me voy a capacitar para poder abrir espacios de convivencia y de trabajo para todas las personas, no se les olvide eso, porque ser inclusivo es no nada más es hablar lengua de señas, no nada más es tener conocimiento de grafología, que es se me el abecedario o ya con eso, puedo decir que soy incluyente, no, eres incluyente cuando realmente abres ese espacio de comunicación entre una persona sorda y una persona oyente”, manifestó.

Compartió que el ser incluyente en una sociedad de manera completa, significaría que ningún ciudadano con discapacidad, necesite ayuda externa para realizar cualquier actividad relacionada con sus desarrollo personal, y si bien se han dado pasos adelante, falta mucho para llegar a ese punto de verdadera inclusión.

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