Amor por la fotografía Memo Moreno

Memo Moreno, uno de los fotógrafos más reconocidos de Sonora para el mundo, abrió las puertas de su estudio y platicó con nosotros de su larga trayectoria, sus éxitos, exposiciones, colaboraciones con revistas especializadas en fotografía a nivel internacional, así como algunos de los pasajes más curiosos de su vida

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Hermosillo

Memo Moreno, uno de los fotógrafos más reconocidos de Sonora para el mundo, abrió las puertas de su estudio y platicó con nosotros de su larga trayectoria, sus éxitos, exposiciones, colaboraciones con revistas especializadas en fotografía a nivel internacional, así como algunos de los pasajes más curiosos de su vida.

Nos detalla cómo es que tiene más de 50 años en la fotografía, como fue casi por accidente que inició su carrera y aún conserva la primer imagen que tomó por allá del año 1955, cuando el maestro Miguel Castro Servín, (en cuyo honor el estadio de futbol de la Universidad de Sonora lleva su nombre) lo convenció de que le tomara una serie de fotografías de una competencia deportiva.
Fue muy natural mi entrada a la fotografía, mí papá tenía un negocio, un laboratorio y vendía cámaras, un taller fotográfico, yo pues estaba en la secundaria, estaba terminando primero de secundaria y pues en el negocio ahí yo no participaba en nada, era un chavalo al que no le interesaba, y iba a hacer mandados, a barrer la banqueta, limpiar vidrios, era lo que me ponían a hacer pero no agarrar cámaras para nada, en ese lugar no se tomaban fotos, se vendía material, pero entonces un día Miguel Castro Servín, era muy amigo de mi papá, me dijo dile a tu papá que te preste una cámara quiero que me tomes una fotos”, recuerda.
A Castro Servín le dijo que aunque hacía varios mandados en el taller fotográfico él jamás había tomado una cámara, pero aún así el profesor universitario le pidió que tomara las fotos de una competencia; las imágenes le salieron muy bien, de tal forma que en su primer encuentro con la fotografía recibió su primer pago.
Me pagaron esas fotos, me salieron muy bien, conservo una de esas fotografías, la que tomé para probar la cámara nomás...El negocio de mi padre estaba en el Edificio Fer, ahí en Matamoros y Colosio”, explica.
Después de eso vinieron más trabajos, aprendizaje e incluso el irse a la Ciudad de México en donde estudió fotografía entre 1959 y 1961.
Yo nunca fui aficionado, la primera vez me pagaron mis primeras fotos, inicié directamente a ganar dinero, luego luego conseguí una cámara que por ahí la tengo todavía, esa camarita la doblaba y me la echaba a la bolsa, así me iba a la escuela y ahí tomaba fotos, era una cámara Retina Kodak 1A, de lentes muy finos”, añade.
Hasta la fecha Memo Moreno prefiere usar sus viejas cámaras para tomar paisajes, aunque también utiliza la fotografía digital para algunos trabajos gusta de utilizar sus antiguas cámaras con película de rollo profesional, que le traen a él especialmente en la tienda Watanabe, en Hermosillo.
Trabajé poco en los periódicos, trabajé para El Imparcial, cuando empecé por unos tres meses, cuando regresé de México José Alberto Healy me habló y me pidió que trabajara con él, pero no, nunca fui muy afecto a la fotografía de prensa, y no no me gustó la idea y él insistía cada que me veía me decía, así, pero luego en el 64 compraron equipo nuevo porque usaban unas prensas planas y compraron el offset y pues requerían con una calidad de fotografía mayor”, apunta en la entrevista.
Memo Moreno sin embargo dejó de lado el camino de la fotografía periodística, ya que se interesaba más en la fotografía de paisajes y como forma de desarrollo profesional en la fotografía comercial, lo que le llevó a abrir en sociedad con otros hermosillenes la primer agencia de publicidad en la capital sonorense.
No volví a hacer fotografía de prensa, la cosa de eventos sociales y de prensa no era lo mío, a mí me gustaba la cosa comercial, lo hice por muchos años y ahora en los últimos años me he dedicado mucho al paisaje, a la decoración de oficinas”, comenta.
Destaca que los momentos claves para él en la fotografía, son aquellos en los que adquirió conocimientos que le han servido para toda su carrera profesional y explicó que en el año 2008 le llegó una curiosa oportunidad de una revista de fotografía en Polonia, PSD Photoshop, que se edita en varios idiomas.
Me escribieron porque vieron mi trabajo y de la revista me pidieron que escribiera un artículo sobre cómo manejo mis fotografías en Photoshop, entonces yo les contesto que se me hacía una ofensa lo que me estaban diciendo, ya que no sé manejar el Photoshop y yo lo que hago es editar en la cámara, lo que tomo es lo que hago, todas esas fotografías que ven ahí son a negativo completo”, explica Memo Moreno.
Tras contestar esa carta, vino una solicitud de los editores y editoras de la revista para que escribiera durante un año una serie de artículos muy completos sobre la manera en la que él maneja diversas técnicas de fotografía.
Me contrataron todo un año y me dieron 10 páginas en cada revista durante ese año, para que explicara lo que sé de la fotografía, fue una experiencia muy grata”, añadió.
Otro momento muy interesante para él en su profesión, fue cuando lo contrataron para realizar diversas fotografías de aeropuertos del país, entre ellos los de Monterrey y San Luis Potosí.
En una ocasión llegué a San Luis Potosí, y yo traía una playera con esa foto (su famosa fotografía de la silueta del Danzante del Venado), entonces cuando en la recepción doy la vuelta para irme al cuarto me dice la recepcionista, oiga, ¿usted es Memo Moreno, el fotografo? y me dijo que era aficionada a la fotografía y estaba en un club fotográfico ahí en San Luis, me dijo que habían visto mi trabajo en internet y que esa noche tenían reunión en el club de fotógrafos, por lo que me invitó a dar una plática esa misma noche, me bañe, comí y me fui para allá, entonces la reunión inició a las 7 y terminó a las 2 de la mañana, por que las 84 personas ahí me hicieron muchas preguntas, todo mundo tenía algo que preguntar y muchos tenían fotos mías en sus laptops”, recuerda.
Así su vida ha estado marcada por esos y muchos otros momentos, como cuando el que había sido el jefe de prensa de John F Kennedy lo invitó a irse a trabajar a la Unión Americana, pero rechazó esa oferta.
Pero en todas sus anécdotas, sus pasajes, viajes y exposiciones, el común denominador es siempre el mismo....El amor por la fotografía.

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