Doña Virginia Vázquez vive postrada en una cama vieja

Las moscas de la podredumbre ya comenzaron a devorar a doña Virginia Vázquez Avilés, una anciana de 66 años que no puede moverse a consecuencia de la golpiza que le propinó un violento delincuente hace tres semanas

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Agua Prieta.

Las moscas de la podredumbre ya comenzaron a devorar a doña Virginia Vázquez Avilés, una anciana de 66 años que no puede moverse a consecuencia de la golpiza que le propinó un violento delincuente hace tres semanas.
Sin ayuda de sus familiares, ni tampoco de las instituciones asistenciales, ella se orina y defeca en su cama vieja, donde las cobijas mugrosas, oliendo a tierra, a orines y excremento la cubren para protegerla de las heladas noches y durante el día, del frío que le provocan las convulsiones.
Doña Virginia Vázquez, está cubierta hasta la cara para protegerse de las moscas que la atacan y que son atraídas por los muebles inservibles, la basura acumulada, ropa pestilente y ella sin bañarse hace casi un mes, porque no tiene regadera y una cubeta quebrada que sirve las veces de excusado colocada sobre un hoyo del drenaje tapado.
Desde su cama, ella sigue quejándose de la costilla que le fracturó El Tinaco” cuando duró horas torturándola queriéndole quitar el poco dinero que ganaba juntando botes desde la madrugada.
En su casa de calle 23, avenida 36 de la colonia Pueblo Nuevo, aun muestra las cicatrices y heridas de los golpes en el rostro como consecuencia del ataque que sufrió.
Sus vecinos le llevan alguna pastilla para el dolor, pero no ha recibido atención ni tratamiento médico.
Diles que me ayuden, diles que no me puedo mover para ir a trabajar”, balbuceó apenas desde su cama.
Afuera, la vivienda está cubierta de muebles inservibles y mucha basura que se convierte en un foco de infección peligroso para ella que aún no le cierran las heridas de los golpes en su rostro moreno cubierto de pelo blanco.
Diles que yo no puedo caminar, porque cuando me paran siento que el cuerpo se me cae, no me sostienen las piernas porque me golpeó mucho el hombre ese”, dijo entre lamentos de dolor.
Hasta el momento no ha recibido ayuda de sus familiares y mucho menos de alguna institución de gobierno dedicada a la tarea asistencial.
Para Doña Virginia Vázquez es difícil hablar por las moscas que la atacan en cuanto descubre su rostro protegido por las cobijas raídas y es que la basura afuera y dentro de su vivienda es tanta que requiere de la inmediata intervención de las autoridades para retirarla, pero hasta el momento nada de eso ha ocurrido y ella sigue abandonada a su suerte.

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