A Tito Fuentes le prende la sobriedad

En sus presentaciones en vivo suele tocar versiones de la rolas de Molo como eran en los demos y cóvers

A Tito Fuentes le prende la sobriedad

CDMX

Desde hace más de tres décadas, el nombre de Tito Fuentes es referente del rock en español.

Por la irreverencia que representa ser integrante de Molotov, la banda que sacudió las buenas consciencias en la década de los 90 y referenció de forma cruda la realidad social.

Él jamás renegará de su origen, porque “está bien chingón lo que hemos hecho”, comparte en entrevista para Excélsior. También sabe que su parte individual es importante, por ser el espacio en el que no es el tipo de La Molocha.

“Odio y amo eso”, se sincera, “pero he aprendido a convivir con eso. No saben el cariño que recibo de gente de todos los estratos sociales. Me tiran buena por todo lo que se ha hecho con Molotov, sin embargo, hay necesidad de un crecimiento personal y la satisfacción de que tener un estímulo más que Molotov.

“Hago artes plásticas y gráficas también. Tuve una exposición el año pasado, nos fue muy bien afortunadamente, pero poca gente se entera aunque lo publique en Instagram. A lo que voy es que es otra extensión de mis emociones y sentimientos”, agrega.

Milo, Mel & Mayel, en la parte musical, es otro de sus proyectos lejos de su legado con Paco, Randy y Miky. Los discos como solista también lo respaldan.

En sus presentaciones en vivo suele tocar versiones de la rolas de Molo como eran en los demos y cóvers. Desde luego, sale de la tangente acostumbrada.

En ese afán por ser no solo Tito el de Molotov, el cantante será parte del noveno aniversario del foro Bajo Circuito, un espacio recuperado en un bajo puente y que para el tiene una misión importante en el desarrollo de la escena nacional.

“Sólo había ido como público a ver a bandas y me late todo el concepto que está debajo del Circuito, el formato, el tamaño; que estás ahí muy cerca de la gente. Me recuerda los principios de estar en la prepa y salir a buscar dónde tocar, el flyer, el equipo más chico, es un planeta completamente diferente al de escenarios grandes. De hecho, los proyectos que hacemos solitas Micky y yo, nos cuesta mucho trabajo la convocatoria, es muy extraño y hasta pensamos en sacar flyers.

“Es más personal. Diferente a llegar a algo que está arreglado, a un camerino lleno como con Molo, a las canciones que ya sabes que al primer acorde la gente se vuelve loca y aquí no, es volver a empezar, y sensacional. Me gusta lo complicado de la convocatoria, porque uno pensaría que con las redes ya la armas y para nada, es difícil. De hecho estoy a punto de ir a hacer fotocopias con flyers”, cuenta.

Tito cree que es más fácil organizar un toquín actualmente por este tipo de venues y porque los chavos están clavados con el sonido.

“Para Molotov fue básico, ganamos un concurso en el que era un circuito de antros: La Diabla, Rockotitlán, El Antro, El Bull, tampoco existía internet que se hacía la promo así de rápido, más bien era de boca en boca y hacíamos flyers y tour de medios”, agregó.

Tito recordó que cuando Molotov lanzó el disco ¿Dónde jugarán las niñas?, en 1997, y fue censurado llamaron a Excélsior para avisar dónde estarían vendiendo el álbum.

Y de ese recuerdo compartió que ahora, en sin beber, está aprendiendo a entender el mundo.

‘Estoy en la sobriedad y está igual de rara la realidad que volarse la cabeza, de todas maneras ha estado difícil, porque llevaba más de la mitad de mi vida muy high, muy exagerado, me tomaba una botella y media de mezcal solito antes de cada show y lo que se acumulaba, muy mal. Decidí dejar todo por voluntad propia y al otro día se me ocurrió echarme un caballito de y sentí cómo el alcohol caía a los órganos, no sé cómo le hacía y, obviamente, eso en el psique tiene una afectación durísima. Tuve que cambiar y entender la realidad como es”, concluyó.

Tito tiene su disco El ocaso (2017) y una colaboración con Georgel (No putx).

Nueve años de hacer circuitoEl próximo 1 de febrero, Tito Fuentes, al lado de Pollo Bruxo, serán los encargados de dar el banderazo a una serie de conciertos y eventos que se llevarán a cabo en el Bajo Circuito como parte de su noveno aniversario.

Además están agendados shows de Chetes y Ely Guerra, el 2 y 8 de febrero respectivamente.

“No quepo de la gran felicidad que me embarga por lo que Bajo Circuito ha significado en estos nueve años. Ha sido una aventura increíble que empezó en el 2014 y que hoy día estamos coronando con el anuncio del cartel que lo comenzamos a celebrar desde febrero.

“Bajo Circuito ha pasado por todo, ha estado arriba y abajo. Sobrevivimos al igual que todos los que están presentes a la pandemia y, desde ahí, el esfuerzo que ha significado y para todas las personas que han estado en este espacio musical. Aquí han pasado cinco mil proyectos entre solistas y grupos, a lo largo de estos nueve años, gracias a todos y cada uno de ellos que han hecho posible que este lugar persista hasta el día hoy”, explicó Eduardo Zúñiga, cofundador del inmueble, durante la conferencia de prensa que ofrecieron en el recinto.

Entre los presentes en dicha conferencia se encontraron integrantes de bandas como Japónica, Pollo Bruxo y La Peste, quienes reconocieron la importancia de este tipo de espacios para la escena musical nacional.

“He viajado mucho por México y otros países y cada vez confirmo que Bajo Circuito es uno de los mejores lugares para tocar el rock y música alternativa. Éste es un gran espacio para la música que hay y muy buena”, resalta Marco, integrante de La Peste.

Entre otros shows que han tenido cabida en el foro vecino de la Condesa, Get Up Kids y La La Love You, por mencionar dos de pop punk.