Arizona
En otro incidente un hombre confesó haber asesinado con un hacha a su hijo de 13 años.
Residentes y autoridades del estado de Arizona, principalmente del área de la capital Phoenix, se han visto consternados por los recientes sucesos sobre el asesinato de tres menores a manos de sus padres.
En uno de los casos un hombre mató a sus dos hijas a balazos y después se quitó la vida pegándose un tiro en la cabeza, mientras que en el otro un sujeto confesó el asesinato de su hijo con un hacha.
Las autoridades informaron que un padre y sus dos hijas menores fueron hallados muertos el miércoles en su vivienda de Tolleson, un suburbio de Phoenix, en lo que la policía dijo que se trataba de un caso de homicidio-suicidio.
El padre identificado como Alejandro Gallardo, de 45 años, se suicidó de un disparo a la cabeza, dijo la policía. Al parecer el hombre mató a sus dos hijas.
El sargento Obed Gaytan, de la policía de Tolleson, dijo que las niñas de 6 y 8 años habían sido baleadas. La policía acordonó el área el miércoles después de recibir la llamada de un pariente que encontró los cadáveres. Los vecinos y personas que trabajan en el área dijeron a la policía que habían escuchado gritos procedentes de la vivienda el miércoles por la mañana.
Padre confiesa haber asesinado a hijo
Gary Sherrill, de 51 años, mató a su hijo con un hacha. Según las escalofriantes declaraciones a la policía “creía que era el demonio”.
Phoenix (AP). Un residente de Phoenix, en el estado de Arizona, confesó haber matado a su hijo con un hacha, dijo la policía.
El sargento Steve Martos dijo que Gary Sherrill de 51 años fue arrestado en la víspera de Año Nuevo y quedó detenido por un cargo de homicidio premeditado.
La ex esposa de Sherrill llamó a la policía después que el hombre no trajo de regreso a su hijo. Sherrill recogió al niño de 13 años un día antes, pero la madre no había sabido nada de ellos.
La estación KNXV (http://bit.ly/19IEr9X) informó que Sherrill le dijo a la policía inicialmente que el niño no estaba en su casa. Los agentes le hicieron más preguntas y Sherrill les dejó entrar. La policía halló al niño muerto. Tenía heridas y cortes en varias partes del cuerpo.
El sargento Martos informó que Sherrill le dijo a la policía que creía que su hijo era el demonio y que temía que lo iba a comer.