Coronel, preocupada por la salud de su hija, observó cómo las clases de educación física se llevaban a cabo bajo el sol abrasador de Arizona. La escuela, por su parte, argumentó que los estudiantes rotaban entre el gimnasio, el patio y la pista, priorizando zonas sombreadas.
Sin embargo, la experiencia de Coronel no es aislada. Otros padres han expresado su inquietud por la falta de una regulación clara que proteja a los niños del calor extremo durante las actividades al aire libre.
El debate se centra en la falta de un marco legal específico para las escuelas, en contraste con las ordenanzas de seguridad contra el calor que protegen a los trabajadores al aire libre. La Junta Estatal de Escuelas Charter de Arizona, aunque preocupada por la seguridad de los estudiantes, señaló que no tiene autoridad para dictar políticas relacionadas con el calor.
Diversas entidades, como la Oficina del Gobernador, el Departamento de Servicios de Salud de Arizona y el Departamento de Educación de Arizona, parecen estar dispuestas a colaborar en la creación de un marco legal más sólido. El superintendente estatal, Tom Horne, destacó la importancia del control local, pero se mostró abierto a considerar la legislación que respalde la seguridad de los estudiantes.
Mientras que la legislación estatal se encuentra en desarrollo, es importante que los padres se involucren en las decisiones de las escuelas y que se mantengan informados sobre las políticas de seguridad para los estudiantes.