BUENOS AIRES, Arg
Señalan a los policías como sus agresores en Sao Paulo.
Amenazas con armas de fuego, palos y golpes. Tigre dijo el jueves haber vivido un infierno en Brasil, durante el entretiempo de la final de la Copa Sudamericana que concluyó con Sao Paulo campeón ya que el equipo argentino decidió no salir a jugar la segunda etapa.
El escándalo denunciado por los argentinos ocurrió en el partido de vuelta por la final de la Copa Sudamericana en Sao Paulo, seis meses antes de que Brasil organice la Copa Confederaciones y a un año y medio de albergar la Copa Mundial.
Según los argentinos, en ese episodio estuvo involucrado personal de seguridad brasileña en la noche del miércoles en los vestuarios del estadio Morumbí, tras un primer tiempo en el que Sao Paulo vencía 2-0. El partido de ida la semana pasada en Buenos Aires terminó 0-0.
El árbitro chileno Enrique Osses esperó más de media hora después del tiempo reglamentario para iniciar el complemento, pero dio por terminado el encuentro ante la negativa de Tigre de salir del vestuario.
Las escenas en el estadio Morumbí, que no será utilizado ni en la Confederaciones ni en el Mundial, sin duda deben provocar preocupación en la FIFA, que ha expresado su frustración por los retrasos en las obras en Brasil.
De inmediato, la policía de Sao Paulo y el comité organizador local de la Copa del Mundo rehusaron comentar a la AP sobre el incidente.
El capitán de Tigre, Martín Galmarini, dijo a su llegada a Buenos Aires que “fue un infierno” y que “todo podía haber terminado muchísimo peor”.