San Fco. CAL
La gente se ha encontrado en este inicio de temporada con alguien totalmente diferente al pitcher de San Francisco
Pelo corto, anteojos negros. Nada de comer hamburguesas, sino más ensaladas. En imagen y hábitos alimenticios, el cambio de Tim Lincecum fue radical.
La gente se ha encontrado en este inicio de temporada con alguien totalmente diferente al pitcher de los Gigantes que se adjudicó dos premios Cy Young y se ganó el apodo de “The Freak” por su personalidad estrafalaria y talento sobrenatural.
“Quería hacer algo diferente. Antes, iba el peluquero cada seis meses por perezoso”, dijo Lincecum, reconocido por la larga caballera que se salía de su gorro. “Ahora, se siente bien lucir acicalado”.
Pero hay algo mucho más vital que un cambio de aspecto. Lincecum tiene que demostrar que sigue siendo una pieza fundamental en la rotación de los vigentes campeones de la Serie Mundial.
Tras perder 15 partidos y ver disparar su efectividad a un escandaloso 5.18 en su sexta campaña en las mayores, Lincecum fue relegado al bullpen en los playoffs. Hay que reconocerle que asumió la tarea con la mejor disposición y hasta brilló cada vez que le dieron la bola al acumular un promedio de carreras de limpias de 0.69 en las 13 entradas que trabajó como relevista en la marcha al campeonato.
Luego de los festejos, el manager Bruce Bochy manifestó que Lincecum volvería a la rotación, aunque sin descartar la posibilidad que pueda probarle como cerrador más adelante.