NUEVA YORK, ny
Tras su deserción, el cubano pelea mañana frente a Nonito Donaire.
A los 32 años, Guillermo Rigondeaux tiene la oportunidad que tanto añoró cuando intentó infructuosamente desertar del equipo cubano de boxeo luego de los Juegos Panamericanos del 2007 y vio interrumpida su brillante carrera como amateur en la que conquistó un par de títulos olímpicos.
Peleará el sábado contra el filipino Nonito Donaire, haciendo realidad el sueño que lo llevó a abandonar la isla en el 2008 y a empezar de nuevo en Estados Unidos, luego de haber conseguido todos los honores posibles como amateur en Cuba.
Dueño de una exquisita técnica y consumado contragolpeador, Rigondeaux siempre soñó con enfrentar a un rival de gran jerarquía.
“Yo busco lo mismo como aficionado, los mismos logros, que se diga que soy el mejor de las 122 libras”, dijo Rigondeaux a The Associated Press. “Ganar superaría las medallas de oro”.
La oportunidad se le presenta este sábado en el Radio City Music Hall con un combate en el que se unificarán los cetros de la división súper gallo de la AMB (Rigondeaux) y OMB (Donaire). Será apenas la segunda vez que el mítico Radio City alberga una velada de boxeo.
No existe una cuenta oficial, pero se calcula que Rigondeaux disputó entre 200 y 400 peleas como aficionado. Ganó todo lo que tenía que ganar en esas lides.
Fue expulsado del equipo tras el episodio de Brasil, en el que fue detenido y devuelto a Cuba. Rigondeaux logró salir de la isla en 2008 y se radicó en Florida para incursionar en el boxeo rentado.
Ahora encara el momento cumbre de una carrera profesional de apenas 11 peleas.
“Demostré ser el mejor como aficionado y ahora quiero ser el mejor como profesional. Es lo que voy a hacer”, dijo Rigondeaux.
Su pelea ante Donaire pinta para alquilar balcones, con todos los atributos para ser unas de las mejores que se hayan visto en cualquier peso en tiempos recientes.