Cumple cita con la historia
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El Diario de SonoraLa inmortalidad no es una condición que pueda ser otorgada, es un derecho que se consigue a lo largo de la vida con disciplina, dedicación y constancia haciendo siempre todo de la mejor manera posible.
Es trascender de generación en generación pasando de la idolatría de los que fueron testigos en tiempo real de tus proezas, a la imaginación de los que solo a través de la palabra hablada y escrita recrean tus hazañas.
Tal es el caso de José Luis “Borrego’ Sandoval, quien luego de más 20 años de trayectoria profesional en las ligas Mexicana de Besibol (LMB), y Mexicana del Pacífico (LMP), con Diablos Rojos del México y Naranjeros de Hermosillo, logró consolidarse como uno de los mejores short stop de todos los tiempos en nuestro país, y el pasado 10 de noviembre fue entronizado al Salón de la Fama del Beisbol Mexicano.
El origen del “Borrego” Sandoval en los campos de beisbol se remonta a finales de la década de los años 70s, en la comunidad de San Miguel, municipio de Ahome, en Sinaloa, cuando con menos de 10 años indicó la práctica del denominado rey de los deportes por influencia de su padre y de sus hermanos.
“Yo soy de una familia beisbolera, una familia grande, donde somos diez, yo soy el sexto de la familia, y mi papá y mi mamá siempre me inculcaron el estar bien, el ser buena persona, el hacer deporte, y pues ahí nos quedamos en eso desde los siete, ocho años”,
Detalló que fue hasta los 17 años cuando incursionó a la liga de tercera fuerza “Fernando Valenzuela”, cuando entró en contacto más estrecho con el beisbol, y sus facultades natas para atrapar roletazos y lanzar a primera los pusieron rápidamente en la liga de primera fuerza “Clemente Grijalva”, y creció su interés por incursionar en este deporte de manera profesional.
En un breve paso por Parral, Chihuahua, donde quería estudiar Educación Física, fue visto por buscadores de talento de Diablos Rojos y lo llevó a la academia de beisbol Pastejé, en la Ciudad de México, donde estuvo seis meses y en 1989 debuta como profesional en verano y un año después, en el invierno, hace su debut en el campo corto de Naranjeros de Hermosillo para iniciar a escribir una de las historias más recordadas de la afición.
“Debuté en Diablos en 1990 y posteriormente en 91-92 debuté con Naranjeros de Hermosillo; logramos el campeonato, la Serie del Caribe fue ahí en Hermosillo y fue mi debut”, apuntó.
Con 20 años de jugar al mejor nivel en el invierno, y ser pieza clave en una de las décadas más prodigiosas de Naranjeros de Hermosillo, donde obtuvieron cinco campeonatos, para el Borrego Sandoval su entronización al recinto de los inmortales del beisbol mexicano es un mérito que nunca soñó alcanzar.
Pero a pesar de que su nombre y su legado quedará plasmado de manera permanente en la vasta historia del beisbol del país, su mayor satisfacción es el reconocimiento y el cariño de la gente que lo vio jugar, ya sea como aficionado de su equipo o como rival en el equipo contrario.
“Me da mucha emoción y me siento bien privilegiado porque las dos mejores organizaciones me dieron la oportunidad, de poder realizarme en el beisbol mexicano, créeme que en el momento cuando yo llego a Hermosillo y que la gente me saluda me emociona mucho eso, y que se acuerden de mí, y pues que me digan lo que vieron, me halaga mucho eso, me da mucha emoción.
Es de esta manera como la afición naranjera y la de los otros equipos de la liga siempre recordarán al Borrego Sandoval, con su singular estilo y su tradicional número tres (3) en la espalda, como una de las máximas figuras de todos los tiempos de nuestro beisbol.
Y es que a diferencia de otros short stop que son recordados por sus espectaculares jugadas en el terreno de juego, el Borrego Sandoval siempre estará en la memoria de los aficionados al rey de los deportes por su extraordinaria colocación y su gran brazo, que en la mayoría de las ocasiones le evitaban lanzarse por la pelota, además de su bateo oportuno para producir carreras.
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