Niners y Cuervos, regalo de Navidad

NUEVA YORK
Cuando los aficionados de la NFL escribieron su carta a Santa Claus, esto fue precisamente lo que pidieron: Un duelo entre líderes de sus respectivas Conferencias. Un partido entre dos serios aspirantes al premio de Jugador Más Valioso — ambos en el mismo equipo — contra la mejor defensiva de la liga.
Será una Navidad memorable en San Francisco. La visita de los Cuervos representará apenas el tercer duelo desde 1970 entre los dos mejores equipos de cada Conferencia a estas alturas del calendario. Tres de los cuatro equipos que protagonizaron los dos encuentros anteriores alcanzaron el Super Bowl.
No es de todos los días que un equipo tenga a dos aspirantes a MVP. Pero los 49’s de 2023 no son un equipo cualquiera. El quarterback Brock Purdy es segundo en yardas aéreas de la Liga, hasta ahí nada fuera de lo normal. Pero cuando se toma en cuenta que es 32do en pases lanzados, la estadística cobra otra dimensión.

Ese es sólo uno de los factores a considerar cuando se habla de San Francisco, un conjunto que promedia 6,79 yardas por jugada, el tercer registro más alto en la era del Super Bowl. Parte de ello se lo deben a Purdy, otra buena parte al running back Christian McCaffrey, quien con 20 touchdowns y 1.801 yardas totales se ha convertido en posiblemente el arma más peligrosa de la NFL.
La mejor defensiva de la NFL tendrá las manos llenas.
Los Cuervos, que han ganado cuatro partidos consecutivos, admiten apenas 16,1 puntos por encuentro y de hecho, han permitido un touchdown o menos en nueve encuentros esta temporada.
Y si bien nadie espera que Baltimore repita la hazaña el domingo, los Ravens cuentan con otra efectiva arma diseñada específicamente para rivales de este calibre: El mejor ataque terrestre de la liga, que lo mismo es capaz de consumir tiempo como de poner puntos en el marcador. Y el domingo van a necesitar las dos cosas.

Vaqueros visita a los Delfines
Es difícil pensar que las dos ofensivas más prolíficas de la NFL luego de 15 semanas busquen algo de respeto a estas alturas de la temporada. Sin embargo, esa es precisamente la misión de Vaqueros y Delfines cuando se midan en partido que promete puntos a granel.
Ambos conjuntos llegan con marcas idénticas de 10-4, al frente de sus respectivas divisiones y son los dos con más puntos anotados en lo que va del calendario. Eso debería ser suficiente para ser considerados entre la élite de la NFL. Pero es el hecho de que únicamente se combinan para un triunfo ante equipos con registro positivo lo que siembra dudas.

El domingo alguien despejará la interrogante.
Miami llega al encuentro como la mejor ofensiva aérea de la liga, una unidad que promedia 274,4 yardas por encuentro, pero que el domingo tendrá dos grandes obstáculos enfrente.
El primero, una defensiva perimetral de los Vaqueros que se ubica como la cuarta mejor de la NFL con 176,9 yardas por partido y cuenta con el líder en intercepciones, DaRon Bland (8). Segundo, el wide receiver Tyreek Hill, quien encabeza a la liga en yardas por recepción (1.542), sigue en duda por una lesión en el tobillo.
Eso aumenta la presión sobre el quarterback Tua Tagovailoa, quien se verá obligado a hacer lo que mejor sabe ejecutar: Poner en marcha el marcador. Miami ha rebasado las 30 unidades en ocho ocasiones y en cinco de siete partidos en casa esta campaña. El domingo van a necesitar todos y cada uno de los puntos que puedan conseguir.
Los Vaqueros promedian 30,7 puntos por partido en lo que va de la campaña. Y aunque el quarterback Dak Prescott es segundo en la NFL en pases de touchdown (28) y no ha lanzado intercepción en tres de sus últimos cuatro encuentros como visitante, el rendimiento de Dallas cae notablemente fuera de casa, donde consiguen sólo 21,7 unidades por juego.