El ambiente en el estadio era eléctrico. El azul, blanco y rojo de las banderas ondeaba al ritmo de la euforia. La afición francesa se entregó por completo a la pasión del basquetbol. Matthew Strazel bailaba sin parar, Evan Fournier, con la camiseta en la mano, brincaba por toda la cancha. El equipo se reunió en el centro, mientras la multitud coreaba: "¡Allez Les Bleus!". Francia, la nación anfitriona, estaba de vuelta en la final del basquetbol olímpico.
"Simplemente queremos ganar", dijo Guerschon Yabusele, quien aportó 17 puntos para la victoria 73-69 sobre Alemania. "No importa quién sea el rival, vamos a darlo todo".
Yabusele no estaba solo en su entusiasmo. Isaia Cordinier sumó 16 puntos y Victor Wembanyama dominó con 11 puntos y 7 rebotes. Los franceses, medallistas de plata en Tokio 2020, se encaminaban a su segunda final olímpica consecutiva.
La victoria desató una explosión de júbilo. Los jugadores franceses saludaron a sus rivales antes de dirigirse a la afición, que respondió con una ovación ensordecedora.
"Esta noche fue increíble", dijo Nicolas Batum. "No puedo imaginar cómo será el sábado. Estoy ansioso por verlo".
El destino quiso que el sábado se enfrentaran al ganador del encuentro entre Serbia y Estados Unidos.
Alemania, liderada por Dennis Schroder con 18 puntos y Franz Wagner con 10 puntos y 8 rebotes, se despidió de los Juegos Olímpicos.
Su racha de 12 victorias consecutivas, desde la final de la Copa del Mundo del año pasado, llegaba a su fin.
Francia, con la energía de su público a su lado, se prepara para la batalla final. ¿Podrán coronarse campeones en casa?El encuentro fue presenciado por dos leyendas del basquetbol: Tony Parker (Francia) y Dirk Nowitzki (Alemania), quienes disfrutaron del partido juntos desde las gradas.