La Fiorentina se enfrenta a la Puskas Academy en la Conference League, y aunque el nombre de su rival suena a grandeza, la realidad es que la Academia parece estar a la altura de la Fiorentina. Pero, ¿quién diría que la Fiorentina es un equipo completamente estable?
Palladino, el técnico, admite que la situación está “en juego” y, como siempre en Europa, es mejor ser precavidos. La Fiorentina está en constante movimiento, con jugadores llegando y saliendo, lo que genera un ambiente dinámico.
¿Cuál es la realidad de la Fiorentina?
La defensa de tres jugadores, implementada por Palladino, genera dudas sobre su efectividad. Pongracic, habituado al juego de cuatro, se adapta a este nuevo esquema, pero se cuestiona la calidad del cambio. Quarta, jugando en la derecha, limita sus desbordes que le proporcionaban goles al equipo. La Fiorentina necesita jugadores de mayor calidad para este tipo de defensa.
En el centrocampo, la situación es similar. Amrabat, siempre en la mira para ser vendido, deja un hueco en el equipo. Palladino necesita un centrocampista fuerte, o dos, para cubrir esta posición. La llegada de un pensador en el centrocampo le daría la posibilidad de jugar con un director de juego, aunque él no sea un fanático de esta opción.
La situación del ataque es un rompecabezas. Beltrán es suplente de Kouamé, que es suplente de Sottil, que es suplente de Gudmundsson. Colpani es un buen jugador, pero Palladino lo sustituía al inicio de la segunda mitad en Monza y en el partido contra el Parma. La Fiorentina tiene un valor diferente con Nico González, siempre en la mira para ser vendido, y no tanto con Ikoné. Kean como centro delantero podría ser la solución que ha buscado la Fiorentina por mucho tiempo, pero tiene como alternativas a Kouamé adaptado y a Beltrán, que todavía necesita demostrar su valía en ese rol.
Finalmente, la portería es un lugar de fortaleza. De Gea, un gran portero, es el elegido para el partido. Será un placer ver a un jugador de su nivel defender la camiseta de la Fiorentina. Terracciano, como segundo portero, brinda seguridad adicional.
A pesar de las incertidumbres, Palladino tiene claro lo que quiere: ganar el partido. Con la mejor Fiorentina posible, y con el equipo en constante cambio, intentará demostrar que la Fiorentina está lista para la batalla europea.